Estos últimos días oímos hablar cada vez con más frecuencia de rebrotes, y por si la sola idea de que el virus se vuelva a extender no fuera ya suficiente, la amenaza de confinamiento, aunque sean confinamientos localizados, es cada vez más real en muchas regiones. Esta situación no es agradable para nadie, pero mucho menos para los autónomos.
2020 está siendo para empresarios y autónomos un año para olvidar, y muchos de ellos ya lo dan por totalmente perdido a nivel económico. No obstante, la mayoría intentan subsistir como pueden manteniendo su actividad e incluso el volumen de empleados que tenían antes de que todo esto ocurriera.
1Época de incertidumbre para los autónomos
Desde que a mediados de marzo se decretara el estado de alarma, los autónomos han vivido en una incertidumbre constante. Primero no sabían si iban a tener derecho a cobrar algún tipo de ayuda, luego las ayudas que se aprobaron tardaron en llegar, tuvieron que pagar la cuota íntegra a la Seguridad Social de marzo (aunque luego se les devolvió lo pagado de más) y durante semanas no supieron cuándo iban a poder retomar su actividad.
Algunos han tenido que esperar hasta junio para volver a trabajar, y otros profesionales todavía no han vuelto a su trabajo ni saben muy bien cuándo y cómo van a poder hacerlo. Y a todo esto se suman ahora malas noticias como la aparición continua de rebrotes en muchos puntos de la geografía española y el mazazo para el turismo que implica que algunos países estén imponiendo cuarentenas obligatorias a los viajeros que lleguen desde España.