Internet está repleto de dietas milagro, y antes de internet se difundían en otros medios, como revistas, o también por el boca a boca. Hay para todos los gustos, desde ayunos a base de limonada o planes depurativos con batidos detox, hasta sustitutos de comidas en forma de barritas. Pero sobre todo, las que más éxito suelen tener son las dietas que se basan en un solo alimento: dieta de la sopa, del pomelo, de la piña, del huevo, por mencionar alguna. Una de las más recientes, o de las que están recuperando su popularidad, es la dieta del atún, centrada casi en exclusiva en este alimento. Los más optimistas aseguran una pérdida de peso de hasta cinco kilos solamente en tres días, aunque los más moderados lo rebajan a cuatro en una semana, lo cual sigue siendo una cifra excesivamente elevada y con la que la mayoría de los expertos en dietética y nutrición estarían en desacuerdo.
La dieta del atún consiste básicamente en reducir las calorías y centrar la ingesta de alimentos en el grupo de las proteínas, que es lo que aporta el atún. Se permiten otros alimentos, pero sigue siendo una propuesta muy restrictiva. Por ejemplo se permiten verduras, y algunas hortalizas y frutas bajas en carbohidratos. Se recomienda consumir dos litros de agua diarios además de zumos e infusiones. Todo ello combinado con la práctica de ejercicio físico suave, durante los días que dure la dieta.
¿Funciona? Evidentemente, la reducción calórica va a hacer que perdamos peso muy rápido, pero de forma temporal. Solo se recomienda seguir esta dieta como mucho una semana, porque como vemos, existe el riesgo de sufrir un déficit nutricional si se prolonga durante más tiempo. Además de que a nivel emocional resulta insostenible, por el hambre y por el aburrimiento, dos factores que suelen desembocar en asaltos al frigorífico y atracones impulsivos, con su correspondiente culpabilidad. Y con la probabilidad de aumentar algunos kilos, en vez de perderlos. El atún es un alimento muy saludable, pero nada tiene que ver con la pérdida de peso de esta propuesta de dieta, ni tampoco nos va a nutrir durante esos días tal y como necesita nuestro organismo.
DIETAS QUE AFECTAN AL METABOLISMO
Otra cosa que hay que tener presente antes de embarcarse en la dieta del atún o cualquier otra de características similares, es que no están pensadas para perder peso a largo plazo, que es al final, a lo que se aspira. Sucede todo lo contrario, porque la restricción calórica brusca y repentina termina por afectar el metabolismo y al final se produce el famoso efecto rebote. Cuando dejamos de aportar al organismo los nutrientes y las calorías que necesita, el cuerpo ralentiza el metabolismo para ponerse en modo ahorro y poder sobrevivir gastando menos energía hasta conseguir de nuevo alimentos más abundantes. Cuando el organismo entra en esa fase y la dieta finaliza, y volvemos a nuestros hábitos de alimentación anteriores, el metabolismo no vuelve a activarse automáticamente. Se ha acostumbrado a optimizar las pocas calorías que se le estaban proporcionando y, durante un tiempo, seguirá funcionando a este ritmo más lento y quemando más despacio. Las calorías extras que se consuman tras la dieta, se acumularán en forma de grasa, por lo que se recuperará todo el peso perdido, y un poco más, por si acaso.
Las dietas milagro son en realidad una agresión al cuerpo, y aunque ayuden a perder unos kilos muy rápidamente, los resultados a largo plazo son muy negativos. La recomendación es acudir a expertos que puedan asesorarnos para llevar a cabo un cambio de hábitos para el resto de nuestra vida, lo que incluye educación nutricional, motivación para el deporte e incluso algún apoyo de tipo psicológico y emocional.