Miel de flores o miel de abeja, ¿son lo mismo?

La miel es uno de los productos naturales más apreciados. Y no solo por el sabor dulce, su textura y versatilidad, sino también por las numerosas propiedades que se le han encontrado a este producto. Como potencial antibacteriano, antioxidante natural, un saludable sustituto del azúcar, fuente de proteínas, mejora la digestión, para aliviar la tos o problemas de garganta, ayudar al sistema inmunitario, etc.

Al ser algo tan preciado, muchos productores de miel adulteran (mezclas con azúcar, siropes baratos, etc.) sus productos para abaratar precios y venderte algo que realmente no es miel 100% o cuya procedencia no es europea. Además, los etiquetados son a veces muy confusos, y podrían estar vendiéndote algo que no es realmente lo que estás buscando…

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Engaños típicos con el etiquetado y composición

fuego

Como ocurre en otros productos codiciados, como los ibéricos, el atún rojo, otros pecados, etc., con la miel también hay engaños. Estos engaños pueden tener su origen en el etiquetado, diciendo que es una miel pura cuando no lo es, por ocultar el origen, etc. De hecho, según la OCU, el 20% de la miel importada son fraudulentas. Además, aseguran que es el tercer producto más adulterado del mundo.

Algunas mieles puede que se adulteren mezclando la pura con otras sustancias, consiguiendo así mayor cantidad de producto a menor precio. Algo que beneficia al producto, pero que no interfiere en el precio final, ya que estarás pagando el mismo precio que por una miel pura sin serlo.

Entre los productos que se usan para adulterarla está el azúcar, la melaza, el jarabe de patatas, la glucosa, y otros siropes dulces que se mezclan con la miel auténtica. Y es que esos productos son mucho más baratos, y no alteran tanto el sabor, textura y apariencia, por lo que son buenas opciones para falsear el producto.

Por otro lado están los etiquetados confusos donde no ponen el origen de la procedencia de la miel. Otro caso de engaño es cuando sí especifican el origen, pero no de toda la miel que contiene. Por ejemplo, con mensajes tipo «20% de miel de España», pero sin detallar de dónde viene el tanto por ciento restante, que suele provenir de países como China, etc.

Cuando compres una, mejor que tenga etiquetado de la UE, y que especifique el 100% de la procedencia de la miel, así como los ingredientes que tiene. Así evitarás engaños o pagar más por un producto que no lo vale, y que tampoco será tan saludable como el natural para tu salud…

Isaac R. P.
Isaac R. P.
Escritor y blogger, blogger y escritor. Las letras en libros o en WordPress son mi vida actual. Siempre intentando contar la verdad, evitando la manipulación y el clickbait. Apasionado por contar historias, por escribir artículos de interés y por ayudar.