miércoles, 11 diciembre 2024

La losa de mantener el faraónico Palma Arena: más de 50 M€ desde 2016

Pocas obras faraónicas en España dicen tanto sobre los males del pasado como el Palma Arena. Tanto por su enorme coste, finalmente alcanzó a los 100 millones; cómo por su poco uso, las competiciones de renombre en la instalación se cuentan con los dedos de la mano; por último, dado la importancia de los involucrados y encarcelados que van desde el expresidente de Baleares, Jaume Matas, como la propia Familia Real. Ahora, muchos años esas ínfulas todavía tienen un elevado coste en forma de dinero publicado enterrado, cada año, en el uso y mantenimiento de la colosal construcción.

Sin ir más lejos, solo en los últimos días se han adjudicado contratos públicos por un valor cercano a los 200.000 euros. El último, adjudicado este pasado lunes 26 de octubre, ha sido una prórroga del servicio de mantenimiento preventivo y correctivo del sistema de detección y extinción del Velódromo Illes Balears (su nuevo nombre), por el que se pagará (con impuestos) algo más de 41.000 euros. Un acuerdo que se ha vuelto a llevar, como único licitador presentado, la familia Bordoy (muy conocida en la isla) a través de Prefoc Comercial del Extintor, filial del gigante balear Transportes Blindados.

Aunque, obviamente, no es el único contrato de mantenimiento. Así, la firma pública encargada de su gestión, que es el Consorcio del Velódromo, sacó a concurso meses atrás otro para la conservación preventiva y correctiva del video marcador, las pantallas laterales y demás artefactos audiovisuales instalados en la colosal construcción. Todo ello, por el módico precio de unos 55.000 euros con impuestos que se prorrogará durante los próximos tres años. Otro coste importante, unos 100.000 euros al año, se paga en seguridad, dadas las dimensiones. La adjudicataria de este servicio fue Caser Seguros.

EL PALMA ARENA HA CONSUMIDO CERCA DE 50 M€ DESDE 2016

Así, concurso tras concurso el Palma Arena ha consumido cerca de 50 millones de euros desde el 2016, según se puede ver en los Presupuestos Generales de las Illes Balears. Para este 2020, el Consorcio tiene la intención de llevar los gastos en la infraestructura al mínimo, lo que supone reducirlos hasta los 5,3 millones. La clave de esta reducción estaría en el drástico recorte que habría ejecutado el Govern sobre las inversiones reales. De hecho, la reducción sería de los 2,2 millones en 2019 a los poco más de 410.000 euros presupuestado para 2020.

Pero las cifras podrían tener truco. Así, tanto en 2016 como en 2017 el Gobierno balear presupuestó una cifra muy parecida a la de 2020, en torno a los 5,5 millones, pero la ejecución final elevó con fuerza la partida. En concreto, el dinero gastado en el primero fue de 9,3 millones y hasta 12,7 millones para el siguiente. La trampa estaba en el volumen de inversiones reales que creció súbitamente al finalizar el año. En 2016, se disparó de 600.000 euros hasta los cuatro millones y en el siguiente pasó de 461.000 euros hasta cerca de 7,4 millones.

PESE A LA FUERTE INVERSIÓN, NO SE HAN SUBIDO LAS TARIFAS

En total, el Consorcio del Velódromo ha inyectado más de 20 millones en mejorar las prestaciones de la infraestructura. Aunque con un resultado tan curioso cómo extraño, ya que a ese esfuerzo inversor no le ha seguido una política de aumento de las tarifas. Al fin y al cabo, lo lógico es que cuando das un mejor servicio (el principal motivo para invertir en un activo) se compense con una subida en el precio para amortizar dichos costes. Pero, al parecer, en Baleares las cosas funcionan de otra manera.

Por ejemplo, el coste del servicio más exclusivo que ofrece el complejo deportivo, alquilar la pelouse (que es la zona central que comprende la pista de ciclismo, los vestuarios, las gradas y las zonas de terraza) costaba igual en 2015 que en 2019: 5.500 euros por día. Lo mismo ocurre para tarifas reducidas, para firmas sin ánimo de lucro, que está anclada en los 3.500 euros. Incluso para el uso individual no se ha movido el valor, así, una sesión de dos horas cuesta igual que hace cinco años: 180 euros.

Curiosamente, lo único que si ha incrementado sus tarifas son los pequeños detalles. En concreto, el precio de utilizar el marcador central, cuyo mantenimiento (junto con el resto de video marcadores) cuesta unos 55.000 euros a la empresa, se ha duplicado al pasar de 25 euros a 50. En cambio, la climatización se ha reducido un 25% su precio de los 200 a 150 euros. Y, directamente, se ha eliminado la posibilidad de contratar la megafonía o las gradas supletorias, lo que indica que el negocio no marcha demasiado bien.


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