Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID, en sus siglas en inglés), ha sido el responsable de inaugurar la IDWeek de este año, la reunión anual de varias asociaciones profesionales especializadas en el tratamiento de enfermedades infecciosas y que en 2020 se celebra desde el 21 al 30 de octubre de forma virtual.
Durante su intervención, y de acuerdo con sus declaraciones semanas atrás, Fauci ha insistido ante la comunidad médica que la Covid-19 es peor en EEUU porque no se evitan las multitudes. Se trata de una de sus principales recomendaciones para hacer frente a la pandemia, a lo que se suma el uso extensivo de la mascarilla y evitar los lugares más concurridos; recomendaciones que son compartidas por una gran mayoría de científicos.
El principal combatiente contra la pandemia del Gobierno americano no ha dudado en señalar que la reactivación de los casos en el país se debe a la incentivación de campañas para «abrir Estados Unidos de nuevo”. «Desafortunadamente nos hemos visto más afectados que prácticamente cualquier otro país del planeta», afirmó. En este sentido, Fauci también comparó los recuentos de casos entre Europa y EEUU, este último con 8,1 millones de casos y cerca de 220.000 muertes hasta ahora, lo que se traduce en el 20% de las muertes mundiales a pesar de que representa solo el 4% de la población.
El director del NIAID achaca este gran número de casos a que «Estados Unidos no cerró como país tanto como lo hizo la UE», argumentando que los casos de Covid disminuyeron a niveles bajos en países como España e Italia después de un confinamiento estricto. Sin embargo, en el país americano disminuyó el pico inicial, pero nunca cayó tan bajo como en Europa.
Desde que EEUU y Europa comenzaron a reabrir el pasado verano, los recuentos de casos se han inflado al alza, con nuevos casos diarios en Europa que recientemente alcanzaron los 88.000 y en EEUU se estima entre 50.000 y 60.000. A nivel mundial, según ha compartido, ya hay 40,5 millones de infecciones y aproximadamente 1,2 millones de muertes causadas por la infección.
RETICENCIAS ANTE LA VACUNA
Durante su intervención, Fauci también hizo mención a la inversión «estratégica» de EEUU en seis programas de vacunas diferentes que están aplicando tres tecnologías diferentes. Cinco de los seis están en ensayos de fase 3. Los dos que comenzaron en julio, uno de Moderna (MRNA) y otro del equipo de Pfizer (PFE) y BioNTech (BNTX), se acercan a las conclusiones.
«Estamos seguros de que probablemente tendremos una respuesta sobre si tenemos una vacuna segura y eficaz a mediados de noviembre o principios de diciembre «, afirmó con cautela, aunque optimista, y añadió que, si las vacunas son aceptadas por una parte suficiente de la población, se podría poner fin al peor brote desde la llamada gripe española de 1918. “Las cifras en todo el mundo han sido asombrosas y convierten a esta pandemia en la más hostil a la que se ha enfrentado nuestra civilización en más de ciento dos años». Aunque también señaló que el mayor reto está en que la población acepte ponérsela ya que, según las encuestas que mostró durante su intervención, gran parte de la población es reticente.
REMDESIVIR, DEXAMETASONA Y VACUNA
En cuanto a los tratamientos para el Covid-19, Fauci señaló ante los especialistas médicos que los anticuerpos monoclonales, que incluyen productos en investigación de Regeneron Pharmaceuticals (REGN) y Eli Lilly (LLY) «parecen prometedores”.
Además, señaló que con respecto a las guías NIH, los tratamientos que se recomiendan como eficaces en primera línea en estadíos tempranos para pacientes hospitalizados son, en primer lugar, Remdesivir, y después la dexametasona.
En palabras de Fauci, “Remdesivir ha demostrado ser efectivo, ya que disminuye el tiempo hasta la recuperación de los pacientes”. Unas declaraciones que se producen tras el anuncio de los resultados preprint del ensayo Solidarity impulsado por la OMS sobre varios fármacos y que ha creado controversia entre la comunidad médico-científica.
En un artículo publicado recientemente en la revista ‘Time’ sobre lo que realmente significan los resultados contradictorios de Remdesivir, el doctor Andre Kalil, de la Universidad de Nebraska, afirma sobre el estudio Solidarity de la OMS que en él no hay “monitorización de datos, no compara con placebo, no es doble ciego, sin confirmación diagnóstica de infección, sin tiempo de duración de los síntomas antes del inicio del tratamiento, gravedad fisiológica inicial desconocida, estándar de tratamiento no proporcionado, desconocimiento sobre la capacidad de atención médica en los países participantes, y una gran cantidad de datos faltantes. El diseño de un estudio de mala calidad no puede solucionarse con un tamaño de muestra grande, por muy grande que sea».