La vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ha afirmado este miércoles que la incertidumbre y la falta de confianza de ciudadanos, empresarios e inversores «daña más» la economía que las restricciones de movilidad por los rebrotes, y ha asegurado que la recuperación se intensificará en 2021, pero dependerá del control de los brotes, de la evolución sanitaria en Europa y de shocks como el Brexit.
En todo caso, ha asegurado que se seguirá aprobando nuevas medidas y revisando algunas de las existentes para apoyar el tejido productivo, empresarial y social, como los avales del ICO o mecanismos de reestructuración empresarial.
Así lo ha adelantado Calviño durante la clausura del XIX Congreso de Directivos de la Confederación Española de Directivos y Ejecutivos (CEDE), celebrado en Valencia, en la que ha marcado la necesidad de combatir las «fragilidades» previas a la pandemia, como el alto nivel de paro, la desigualdad, la emergencia climática o el reto demográfico.
Calviño ha afirmado que estas siguen siendo las prioridades del Gobierno, así como avanzar hacia un modelo productivo «más responsable ecológica y socialmente» aprovechando los cambios tecnológicos.
Tras la «intensa» caída del PIB en el segundo trimestre por la pandemia, ha asegurado que la recuperación se «mantiene» y en el tercer trimestre se ha registrado un avance «intenso» gracias a las medidas implementadas desde marzo, con una previsión de que se «intensifique» en 2021, aunque ha avisado de que la evolución económica desde el cuarto trimestre dependerá de varios factores.
Entre ellos ha citado la eficacia en el control de los rebrotes y garantizar un entorno de «seguridad y confianza» en ciudadanos y empresas, ya que es la «base» para estimular la demanda, y «la experiencia muestra que lo que más daña la economía, más que las restricciones, es la incertidumbre y la falta de confianza de ciudadanos, empresarios e inversores.
También se ha referido a la evolución sanitaria del resto de Europa, ya que España es una economía «muy abierta y repercuten decisiones de otros países que tendrán un impacto difícil de calcular, por no hablar del turismo», y a shocks disruptivos como el Brexit o posibles tensiones comerciales como los otros factores que determinarán la marcha económica.
No obstante, ha remarcado que la situación es «muy cambiante, muy volátil y extremadamente compleja», por lo que hay que tomar las previsiones con «extremada prudencia», si bien ha resaltado que hay algunas «certezas», como la actuación «con decisión» del Gobierno desde marzo con un paquete de medidas «sin precedentes» que son «eficaces» para mitigar el impacto económico y social.
A este respecto, ha asegurado que el Ejecutivo seguirá actuando «dónde y cuándo» sea necesario para apoyar el tejido productivo y proteger el empleo. De hecho, ha apuntado que el Ejecutivo trabaja con las entidades financieras y la Comisión Europea para ver cómo se adaptan los avales del ICO para contribuir a la estabilidad de las empresas acogidas a esos instrumentos.
Asimismo, ha resaltado que hay un compromiso «fuerte y unánime» para dar una respuesta europea a la pandemia y que los organismos financieros están comprometidos con dar una respuesta global frente al riesgo financiero, para lo que España participa en todos los organismos internacionales y en la red multilateral para reforzar la seguridad mundial en apoyo de los países con posiciones más frágiles.
Además, ha querido trasladar a los empresarios y directivos la «certeza» de que la necesidad de articular respuestas en el corto plazo no hará perder de vista los retos a medio y largo plazo, que a su vez permitirán una recuperación «más robusta y sostenible», lo que ha inspirado el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuyos cuatro ejes pasan por la transición ecológica, digital, la cohesión social y territorial y la igualdad de género.
IMPULSARÁ LA COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
Esta «hoja de ruta» contempla la inversión de hasta 140.000 millones en seis años procedentes de los fondos europeos, para lo que se desplegarán en el proyecto de PGE de 2021 medidas con inversiones por 27.000 millones con un «impacto inmediato», y cuyas reformas elevarán el crecimiento potencial por encima del 2% en el medio plazo.
De la inversión prevista en los tres primeros años (72.000 millones), ha destacado que un tercio, unos 20.000 millones, se destinarán a la digitalización.
«Nos quedan meses duros por delante y es innegable que existen riesgos que debemos sortear y saber reaccionar con mesura, prudencia y decisión», ha enfatizado Calviño, quien ha apreciado la necesidad «en tiempos de cambio» de «liderazgos transformadores», y ha asegurado que el Gobierno impulsará la colaboración público-privada en el Plan de Recuperación, de la mano de los agentes sociales.
En este sentido, ha subrayado que los directivos y empresarios han de tener un «papel fundamental» en la transformación de los procesos productivos y la reactivación, y ha confiado en que «pronto» se vea la «luz al final del túnel».
FAINÉ PIDE CONSENSO POLÍTICO Y ANIMA A «DEJARSE LA PIEL» EN PROYECTOS
Por su parte, el presidente de la Fundación CEDE y de la Fundación La Caixa, Isidro Fainé, ha agradecido a Felipe VI su presencia y se ha referido a la realidad «muy cruda y especialmente grave» en España, que lleva a pensar que no parece «fácil» lograr una recuperación «rápida», pero ha remarcado que se sabe lo que hay que hacer para superar las adversidades desde el rol de los empresarios y los directivos.
Por ello, ante un «mapa de escenarios y riesgos más borroso que nunca», ha pedido creer en las posibilidades y pensar que España puede estar entre los países «delanteros» tras la Covid, para lo que ha pedido cumplir los «deberes pendientes» acelerando medidas macroeconómicas y microeconómicas para poder recibir los fondos europeos e impulsar el crecimiento.
Ha incidido en su intervención en la necesidad del consenso político y de que los políticos se comprometan a una agenda de reformas estructurales «amplias, profundas y estables», ya que «es lo que va a exigir la UE» y es un «excelente paliativo» de las restricciones presupuestarias actuales, además de que pueden impulsar la confianza de los inversores y crear «incentivos favorables» para la recuperación.
«La culminación de las reformas pasa por alcanzar consensos políticos amplios; solo hay que confiar en la racionalidad de los líderes políticos», ha agregado.
Sobre el fondo de recuperación europeo, ha pedido que se aprovechen «todas las posibilidades» del mismo y ha instado a los empresarios y directivos presentes en el acto a «dejarse la piel» en los proyectos, ya que su importancia «va mucho más allá de los recursos financieros». Está en juego la imagen la reputación y la relevancia internacional de las empresas españolas», ha enfatizado.