viernes, 13 diciembre 2024

Repsol echa el freno a su área de electricidad a la espera de un 2021 caliente

Repsol ofrece una tregua a sus competidores en el mercado eléctrico español. La firma que preside Antonio Brufau entró en el negocio con mucha fuerza, arrebatando muchos clientes a compañías ya consolidadas, gracias a una agresiva política de descuentos. Una estrategia que la petrolera ha frenado temporalmente por dos motivos: el primero, para proteger recursos, dentro del plan de ahorro propuesto (Plan de Resiliencia). Por otro lado, porque los precios bajos del pool en España hacen mella en sus cuentas, al ser generador neto y no importador, al elevar el número de clientes.

El frenazo en la captación de clientes en electricidad de Repsol, en gran medida propiciado por la propia empresa, lo certificó el propio consejero de la compañía, Jozu Jon Imaz: «Es cierto que hemos frenado un poco este esfuerzo de captación (…) por los efectos de la pandemia», aclaraba a los analistas en la presentación de los resultados semestrales. Una explicación que, sin embargo, ya había quedado patente con las cifras presentadas por la compañía. Así, el guipúzcoano informó de que se firmaron 64.000 nuevos contratos en los seis primeros meses del año, una cifra alejada de los 100.000 que promediaba en ese periodo. Aunque, espera añadir otros 40.000 hasta final de año.

Aunque, el efecto es todavía más marcado en el último trimestre. De hecho, es muy probable que la captación de clientes se situase por debajo de los 20.000, lo que supone un 60% menos a lo que nos tenía acostumbrados. Un frenazo que, además, se mantendrá a lo largo de todo el año. «Este primer semestre, hemos incrementado un 6% el número de clientes que tenemos, y vamos a seguir en esta tendencia, alcanzando la cifra de alrededor del 10% a finales de 2020 de aumento de clientes sobre el conjunto año», señaló también Imaz en la conference call.

PLAN DE AHORRO Y PRECIOS BAJOS, COMO ATENUANTE

La decisión de parar su ofensiva de manera provisional es un movimiento inteligente por parte de la petrolera. En primer lugar, porque le ofrece flexibilidad financiera en un entorno muy desafiante. Para lidiar con la situación, Repsol ha puesto en marcha una ambiciosa hoja de ruta de recortes, el Plan de Resiliencia para 2020, que le permita ahorrar algo más de 2.200 millones de euros en efectivo. «Para asegurarnos de que seguimos teniendo la flexibilidad financiera para resistir cualquier escenario potencial, hemos tomado medidas adicionales para reforzar aún más nuestra posición de liquidez», declaró Imaz.

Además, la compañía ha modulado el gasto. La reducción de los costes a través de eliminar los grandes descuentos y las campañas agresivas, le ha permitido: por un lado, elevar márgenes. Así, la empresa señala que ha obtenido «mejores márgenes» y se ha aumentado la producción. Por otro lado, mantener la vocación inversora en nuevos desarrollos renovables. Una necesidad básica dada el continuo movimiento de la compañía en este sentido. «Se mantiene el esfuerzo inversor realizado en los nuevos negocios de electricidad y renovables», explica la firma en sus cuentas semestrales.

Por último, la ralentización en la captación de clientes tiene un efecto beneficioso más: no le consume flujos de efectivo. Paradójicamente, a medida que Repsol amplia la base de clientes, pierde recursos. La razón principal es que el precio del pool es muy bajo, por lo que castiga más a las compañías que generan toda la energía que venden. Así, mientras que la energética vasca acabará el año con un flujo de efectivo más pequeño que en 2019, unos 70 millones frente a 90 millones, otras como Endesa han presentado cifras casi récord, gracias a comprar energía barata y venderla a precios ya establecidos anteriormente.

REPSOL VOLVERÁ A LA CARGA EN 2021

En el caso de Repsol, como lo que genera es lo que vende, por el momento no le sale a cuenta. De hecho, en el primer semestre aumentó la producción cerca de un 5% que es la misma cifra en la que aumentó los contratos de suministro. Pero, solo será una pequeña tregua, dado que el negocio de venta de electricidad parece ser una de las patas principales de la nueva Repsol en los próximos años: «Estamos invirtiendo para el futuro. Eso significa que hoy en día invertir, captar clientes es importante porque vamos a ofrecer más servicios, más productos», apunta Imaz.

Obviamente, la batalla se reanudará de cara a 2021. Para ello, primero será necesario que los precios del pool se recuperen de la hibernación económica que ha vivido España. En segundo lugar, una vez comience a entrar en el mix de la compañía los nuevos parques renovables que se están construyendo. Por último, una vez queden claras las líneas maestras del nuevo Plan Estratégico de Repsol. Una hoja de ruta que debería ver la luz en noviembre, el covid-19 ha retrasado y probablemente cambiado profundamente, con vistas a empezar a ejecutarse el mismo 1 de enero del año que viene.


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