Lugares solitarios de Benidorm donde escapar de multitudes

Apartando a la famosa playa de Levante por sus rascacielos y el fascinante aire «kitsch» que impregna a la ciudad, Benidorm contiene un contexto súper natural y de relajación que es el Parque Marítimo-Terrestre de Sierra Helada, un lugar espectacular por sus montañas que tienden a fundirse junto al Mediterráneo.

Las más de 5600 hectáreas y que están conformadas por unas 4920 de contextura marina, el Parque Natural de Sierra Helada se ha convertido tradicionalmente como el lugar más visitado en toda la región, así como también es uno de los más visitados en toda España. El relieve que lo identifica está cargado de fallas, eolianitas, cuevas y dunas fosilizadas que se alzan a través de los municipios de Alicante como Benidorm y Alfaz del Pi, donde sus picos con alturas superiores a los 300 metros hacen de ellos un sitio esplendido para conocer.

Las exóticas higueras y los pinos proporcionan diminutas tonalidades verdosas a toda la sierra, pero también sus vertiginosos acantilados generan vistas impactantes sobre una de los lugares más fantásticos de Europa como lo es Benidorm. Tanto el Tio Ximo como las Calas de Almadraba regalan unos imborrables paisajes naturales, aunque más hacia el norte puede conseguirse a la isla Mitjana, la cual observa silenciosamente los senderos semidesnudos de la majestuosa Serra Gelada.

La forma más idónea para recorrer esta zona protegida es a través de caminatas a pie, bicicletas o kayak, puesto que es un lugar que está constituido simplemente por montaña y mar.

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Punta de Cavall

Punta de Cavall es otro de los lugares donde pueden planificarse excursiones asfaltadas y empinadas, cuyo ascenso a la Cruz de Benidorm será el principal motivo del trayecto. Por otra parte, la torre de Caletes fue construida por decisión de Felipe II, esto con la finalidad de repeler los ataques de numerosos piratas berbericos que se adentraron entre los siglos XVI y XVIII.

Otro de los lugares más anecdóticos que pueden disfrutarse en el camino son los edificios de Benidorm, cuya vista es espectacular cuando se produce la caída del sol.  También, cuando hay días despejados en la cruz pueden evidenciarse las poblaciones de Santa Paola y Alicante.