10 errores que echan a perder tus conservas

Meterse en la cocina puede ser una actividad de lo más satisfactoria. Y si tienes más productos de la cuenta en un momento determinado puedes hacer de cocinillas y probar a realizar conservas caseras propias. El resultado puede ser un alimento sabroso, útil y bastante económico. Por ejemplo, antes de que se acabe un producto de temporada, como las cerezas, meterlas en conserva es una idea muy acertada. Cuando pase el tiempo y se tengan ganas de tomar ese alimento, nada más habrá que ir a la despensa.

Lo negativo de este tema es que no todos saben hacer conservas caseras. Este procedimiento hay que conocerlo bastante bien para no cometer fallos que echen a perder el resultado final. Si quieres realizar una conserva estupenda te deberías informar de todos los errores que no se deben de cometer en la elaboración de la misma. Por ejemplo, con estos.

No cuidar la limpieza estropea las conservas

conservas y errores comunes

Realizar una conserva en casa es un proceso realmente delicado. Hay que tener unas buenas pautas de higiene en el ambiente. El lugar debe de estar libre de humos y de suciedad. Las manos deben de permanecer limpias, el delantal impoluto y el cabello recogido para que no suelte ningún pelo.

Hay que desinfectar todos los útiles que se vayan a utilizar en cada momento. Las bacterias están en los sitios más inesperados.

La toxina botulímica es uno de los problemas a los que se enfrentan las conservas. Y puede hacerte enfermar. Las esporas que produce pueden provocar en el organismo botulismo.

No usar tarros herméticos

conservas y errores comunes

Antes de comenzar a realizar la conserva hay que tener siempre a mano los útiles bien limpios: espátulas, pinzas, cuchillos… Todos y cada uno, aunque parezca insignificante, deben de estar en perfectas condiciones.

El tarro donde se va a volcar el producto final tiene mucha importancia. No deben de ser demasiado grandes y el vidrio tiene que tener una capa gruesa para que soporte bien todas las temperaturas a las que pueda estar expuesto en el futuro.

Deberá cerrar de formar hermética. El mejor tapón a usar es el de rosca. Se puede comprobar el cierre de cada frasco metiéndolo en agua hirviendo y comprobando finalmente si entra algo en el interior.

No elegir bien los productos antes de comenzar la elaboración de las conservas

conservas y errores comunes

Hay que elegir la fruta madura y con el mejor sabor. Habrá que limpiarla bien. La verdura es preferible que no se escoja congelada. Los productos que se puedan usar deben de tener máxima calidad: vinagre, aceite, azúcar…

Para poder conservar el pescado es mejor hacerlo con especies pequeñas como las anchoas o las sardinas.

Para conservar un bonito habrá que trocearlo previamente, como cualquier pescado que sea grande. Así entrará mejor en cada tarro.

Algunos alimentos no se precocinan

conservas y errores comunes

Algunos alimentos necesitan de un buen precocinado antes de poder meterlos en conserva. Las judías verdes se deben de escaldar o hervir con un punto de sal óptimo. Los pimientos se deben de hacer un poco en la sartén y antes de rellenar el tarro habrá que poner pimienta negra.

El escaldado de las hortalizas y verduras es muy útil para poder eliminar todas las posibles bacterias. Es mejor realizarlo en tandas y no todo del tirón. Para mejorar el efecto antiséptico, se puede añadir al agua de hervir unos 120 ml de zumo de limón o vinagre.

En el caso del pisto es mejor cocer durante veinte minutos y el bonito hay que hervirlo antes de rellenar los botes (durante 15 minutos).

No comprobar el grado de acidez del producto a envasar en conserva

alimentos conservados en tarros

Hay que saber diferenciar los alimentos que son ácidos y los que son alcalinos. Los que tengan un PH inferior a 4,5 serán ácidos (limita el crecimiento de toxinas y ayuda a la conservación).

Los tomates, las piñas, las peras, los albaricoques, las cerezas, los melocotones, las naranjas y las fresas son alimentos de este grupo.

Cuando el PH es superior, hay que añadir a la conserva siempre un aditivo corrector de la acidez que evitará que las bacterias proliferen. Los espárragos, los puerros, la coliflor, las judías verdes, las legumbres y el pescado pertenecen a este grupo.

Hay que llenar correctamente el tarro de las conservas

alimentos conservados en tarros

Si se prepara un alimento que se ha cocinado, hay que dejarlo posteriormente reposar.

Hay que dejar libres unos dos centímetros por arriba del tarro para que el contenido pueda expandirse cuando esté caliente.

No hay que dejar demasiado espacio, pues las conservas se deterioran. Si aparecen burbujas hay que quitarlas, para después rellenarlas con el mismo alimento poco a poco.

Que los tarros choquen entre sí

alimentos conservados en tarros

Los alimentos ácidos hay que cocinarlos al baño maría. La duración es de entre una a dos horas desde que comienza a hervir el agua, aunque depende del tarro y del alimento.

A las hortalizas, que son poco ácidas, se les puede agregar una salmuera. Los tarros hay que ponerlos en vertical con la tapa hacia arriba.

Los botes suelen estar preparados para aguantar temperaturas altas, pero no hay que arriesgar a que un golpe produzca una fuga del alimento. En el mercado, hay cestas especiales para evitar este posible problema.

No usar aceite para sellar las conservas

alimentos conservados en tarros

El aceite es un buen sellador. Protege los productos de posibles microorganismos.

Se debe de usar el aceite de oliva virgen extra porque es ideal para alimentos como: las setas, las aceitunas, los pimientos asados, las berenjenas, las alcachofas, los ajos, los tomates secos…

No solo se puede usar aceite, el vinagre y las especias tienen un buen uso para las conservas.

No hacer un almíbar

alimentos conservados en tarros

La fruta se puede conservar confitada (esta es toda aquella que se mete en azúcar).

Cada fruta tiene sus propios secretos, aunque el más usado es el almíbar. Este es fácil de realizar, pues solo hay que hervir agua con azúcar durante quince minutos removiendo para evitar que se quede en el fondo.

Una vez se tiene el almíbar hay que añadirlo en el bote junto con la fruta. Posteriormente se cuece al baño maría. Las frutas que tienen una piel gruesa se pueden conservar en bebidas alcohólicas.