El Banco Central Europeo (BCE) apuesta por adoptar medidas de forma preventiva durante los próximos meses para afrontar la crisis generada por el coronavirus covid-19 y así evitar una pérdida de confianza en los mercados financieros.
En las actas de la reunión que mantuvo el Consejo de Gobierno del BCE a finales de abril, publicadas este viernes, queda reflejado que el instituto emisor alertó de que podrían resurgir «riesgos de fragmentación», lo que perjudicaría todavía más a las perspectivas económicas de la zona euro.
Según el documento, durante el cónclave se subrayó que las pasadas experiencias del BCE «muestran que una pérdida de confianza en los mercados financieros tiene que ser evitada y que era preferible tomar acciones preventivas».
Los banqueros centrales estuvieron en gran parte de acuerdo en que las medidas adoptadas desde marzo habían proporcionado una acomodación monetaria en un entorno «rápidamente cambiante» y que el BCE había tenido éxito preservando su postura y la transmisión efectiva de la política monetaria a lo largo de la zona euro.
En su reunión de abril, el instituto emisor abrió la puerta a compras sin límite de activos bajo su programa de compras contra la pandemia (PEPP) y mejoró todavía más las condiciones del tercer programa de operaciones de refinanciación a largo plazo con objetivo específico (TLTRO-III) con el objetivo de estimular la oferta de crédito hacia la economía real.
No obstante, estas medidas no se tomaron por unanimidad. Según viene recogido en las actas, al menos un participante de la reunión mostró su «preocupación» por la decisión de otorgar condiciones tan ventajosas bajo el programa de TLTRO-III. Dicho participante, cuyo nombre no viene reflejado en las actas, alertó de que los bancos podrían obtener fondos en las operaciones TLTRO y depositarlos en las cuentas del BCE, acogiéndose a la tasa de facilidad de depósito, en lugar de incrementar el flujo de préstamos.
Asimismo, algunos miembros del BCE también se mostraron disconformes con la posibilidad de extender las compras bajo el programa PEPP, ya que tendrían que ser ejecutadas «de forma cuidadosa para no animar comportamientos irresponsables por parte de los gobiernos».
En lo referente a las estimaciones macroeconómicas, el economista jefe del BCE, Philip Lane, alertó de que las previsiones que publicará el BCE en junio contendrán una revisión a la baja significativa con respecto a las de marzo. Además, también alertó de la elevada incertidumbre, ya que no se vislumbra un camino claro de recuperación económica, al depender de muchas variables, como la duración de la pandemia o la posibilidad de un segundo brote este año.