La industria española, que está compuesta por grandes compañías y pymes, y que representa aproximadamente el 13% el PIB español, estima que el Gobierno debería tener más en cuenta a las empresas de estos sectores para una rápida salida de la crisis económica generada por el coronavirus.
Así lo han puesto de manifiesto en un comunicado conjunto de diversas patronales industriales, que se agrupan en la Alianza por la Competitividad de la Industria Española. Sobre la mesa, los datos: junto a ese elevado volumen que representan del PIB, también suponen un 12% del empleo de forma directa, si bien sus efectos indirectos e inducidos alcanzan respectivamente, el 43% de la riqueza nacional y el 30% del empleo.
Y no solo eso. Desde el conjunto de patronales estiman que los puestos de trabajo en la industria son de alta calidad en términos de salario, estabilidad y formación, y su contribución es proporcionalmente superior a la de otros sectores a las cuentas públicas en términos de cotizaciones, IRPF derivado, IVA, impuestos especiales y otras figuras tributarias.
El conjunto de estas empresas, representadas por Anfac (automoción), AOP (refino), Aspapel (papel), Feique (química y farmacia), Fiab (alimentación y bebidas), Oficemen (cemento) y Unesid (siderurgia), considera que es necesario impulsar progresivamente el resto de actividades industriales y el sector de la construcción, para que ejerzan su fundamental papel tractor de la economía, adoptando medidas urgentes que paralelamente estimulen la demanda y la competitividad de las empresas.
EL GOBIERNO ANTE LA GRAN INDUSTRIA
Este mismo martes, tras la celebración del Consejo de Ministros, la ministra portavoz, María José Montero, se ha referido a la situación, aunque no en concreto a la gran industria, sino sobre las ayudas a las grandes empresas en su conjunto. Sobre este punto, ha matizado que se preocupación -inminente- se centra en pymes y autónomos.
Por lo tanto, habrá que esperar a la respuesta concreta del Ministerio de Industria durante los próximos días, puesto que las peticiones por parte de estas grandes patronales industriales han sido muy claras.
Entre esas demandas destaca el impulso de la inversión pública en infraestructuras, vivienda pública y rehabilitación. Asimismo, piden estimular de forma efectiva la demanda del automóvil. De igual modo, asumen como algo fundamental reducir de forma coyuntural las cargas impositivas de los sectores sometidos a competencial internacional. En materia energética ven conveniente adoptar medidas que incidan en la reducción de los costes vinculados a la energía, tales como la suspensión del impuesto de generación 15/2012, o la garantía de compensación de los costes indirectos de CO2.
Todo ello con el fin de promover medidas que favorezcan el acceso a los mercados internacionales y potencien la actividad exportadora. Y esa es justo una de las claves, que las empresas que componen el tejido industrial español no se quedan fuera en la competencia internacional. Una situación injusta si otros países muestran un apoyo más decidido a esto sectores.