Los vecinos portugueses tiran de bancos españoles frente a la crisis

Portugal registró los primeros casos por coronavirus el viernes 2 de marzo y decretó el estado de alerta el mismo día que España anunció en confinamiento, el 14 de marzo. En una primera fase se cerraron los colegios, por ejemplo, pero los comercios y restaurantes podían permanecer abiertos, aunque con limitaciones.

Fue el 19 de marzo cuando, siguiendo a países como Italia o España se estableció el estado de emergencia y se endurecieron las medidas. Sin embargo, varios establecimientos ya habían cerrado voluntariamente ante la falta de clientes, buena parte de la población ya salía de sus casas solo para lo imprescindible y muchas empresas ya habían empezado a teletrabajar.

Precisamente el buen comportamiento de sus ciudadanos y su ubicación geográfica (solo tiene una única frontera terrestre, con España), han hecho que el país vecino tenga pocos casos registrados, pero igualmente han cerrado fronteras y aeropuertos. Según el balance de su Gobierno, hay más de 300 muertes y 11.700 casos confirmados, en un país de 10 millones de habitantes.

LLEGAN LAS AYUDAS

El presidente luso, Marcelo Rebelo de Sousa, entiende que la epidemia no acabará antes de final de mayo y por ello puso sobre la mesa un plan de ayuda para empresas y familias con una línea de crédito de 3.000 millones de euros, además del aplazamiento del pago de impuestos, que en total suman 9.200 millones de euros.

Entre ellas, que las empresas que reciban apoyo a través de líneas de crédito lanzadas por el Gobierno no puedan despedir trabajadores. O que los contratos de alquiler a punto de vencer se extiendan otros tres meses. También, se renovarán automáticamente los beneficios de desempleo y las empresas que deseen hacerlo pueden posponer todos o la mayoría de sus impuestos, como el IVA durante aproximadamente tres meses.

Pero De Sousa necesitaba más y este domingo anunció que el lunes se reuniría con los presidentes de los principales bancos del país porque quiere que devuelvan a los portugueses “el apoyo que han tenido durante estos años de crisis” y entren en la carrera contra el covid-19 “a contrarreloj”.

LA BANCA “SE DEBE AL PAÍS”

El Gobierno portugués ya aprobó algunas medidas que conciernen a la banca, como la moratoria de seis meses en los créditos para las familias y empresas que tengan dificultades. En su opinión, la banca “se debe al país” y siguiendo las recomendaciones del Banco Central Europeo ahora quiere que no paguen dividendos y usen el dinero que iban a dar a los accionistas para invertir en la economía portuguesa.

Su idea para la banca es que faciliten líneas de crédito y las hagan llegar a las empresas de manera rápida y fácil, “porque los procesos bancarios son a veces largos y difíciles”, según recogen varios medios portugueses.

Con todo, el presidente se reunía este lunes con los principales banqueros a través de videoconferencia para saber su perspectiva sobre el impacto y la duración de esta crisis. Tras la reunión, satisfecho, señaló que los bancos ya estaban tomando «sus propias iniciativas”, para completar las aprobadas por el Gobierno. Entre ellas una solución conjunta para que los portugueses puedan cumplir con sus créditos. Pero el apoyo llegará “progresivamente” a empresas y familias.

ESPAÑA SE HACE FUERTE

Entre los bancos más fuertes de Portugal abundan los españoles. A Millennium BCP o Novo Banco, le siguen Caixa Geral de Depósitos (que es del Estado, pero la filial española es de Abanca) o el Banco Santander con su filial Totta, la entidad más fuerte en crédito a empresas.

De hecho, en 2019 ganó en el país a través de Santander Consumer Finance 525 millones de euros, un 10% más que el año anterior. Pero la presencia del capital español en la banca portuguesa pasa también por Bankinter, que lleva desde el 2016, o CaixaBank que controla el 100% de BPI desde 2017.

Por su parte, Abanca, además de Caixa Geral de Depósitos en España, cuenta con la red comercial de DeutshBank en el país luso. El más rezagado es BBVA, que ha reducido su presencia en el país. Pero ninguno se libra de las exigencias del presiden de portugués, todos deben ajustarse a las peticiones.