Dentro de los objetivos de responsabilidad corporativa de las empresas, y a la vez de los proyectos de ahorro económico de las compañías, existe una gran preocupación por el consumo energético: el gasto de agua, luz y otros consumibles habituales está sufriendo una revolución y cada vez son más los empresarios que optan por fórmulas de consumo sostenible como el autoconsumo fotovoltaico.
Y es que la colocación de placas solares para reducir el gasto energético externo gracias a la producción de energía en las propias instalaciones de la empresa es algo cada vez más habitual y por lo que muchas compañías apuestan por dos motivos principales: ofrecer una imagen de futuro y responsabilidad a sus clientes y mejorar las propias cuentas.
El autoconsumo industrial: una apuesta de futuro
Cada vez es más habitual ver cómo las grandes factorías repartidas a lo ancho y largo del país instalan en los tejados de sus naves industriales y edificios una cubierta fotovoltaica. Se trata de un amplio número de placas solares que nutren a las propias instalaciones de una gran parte de la energía que consumen en su quehacer diario. De este modo, se contribuye a la transición energética y a la lucha contra el cambio climático.
Una de las principales ventajas de este tipo de instalaciones es que el cliente es quien decide de manera directa y personal sobre la producción y el consumo energético que se realiza. Además, puede optar por almacenar el excedente de energía, en caso de que esto suceda, o volcar la producción sobrante a la red de distribución.
Además, decisiones como esta revalorizan exponencialmente el local comercial, la factoría o el terreno en el que se colocan las placas, de modo que también crece el valor de la empresa.
Una instalación rápida y económica
Muchas empresas valoraron en el pasado la posibilidad de realizar una instalación fotovoltaica, idea que desecharon por los altos costes de creación del campo solar en esos primeros tiempos.
Sin embargo, hoy esto es muy distinto. Cada día es más sencillo y económico llevar a cabo este tipo de proyectos, puesto que la técnica ha avanzado y el aumento de la demanda ha repercutido muy positivamente en los precios de materiales, trabajos de colocación, etc.
Asesoramiento sobre la instalación
Ante las dudas sobre si una instalación en un lugar concreto podría ser efectiva y rentable, la mejor opción es contactar con una empresa especializada en este tipo de trabajos para que realicen un estudio de viabilidad y puedan asesorar al cliente sobre los posibles resultados que se pueden obtener.
En todo caso, y por muy poco que aporte la instalación de autoconsumo fotovoltaico, hay que tener en cuenta que el futuro camina hacia esa dirección y dar pasos hacia ella es la mejor forma de adelantarse a la competencia y asegurar el éxito de cualquier compañía en los años venideros.
Apuntarse al autoconsumo es una decisión responsable y que asegura la pervivencia de las empresas en un mundo cada vez más competitivo y en el que resulta tan complejo sobrevivir día a día. La energía limpia es el mejor aliado para conseguirlo.