viernes, 13 diciembre 2024

La eólica quiere dejar atrás los tirones, busca crecer de manera estable

El crecimiento de la industria eólica, tanto a nivel de fabricación como de producción de energía, ha sido innegable durante la última década. No hay dudas. Pese a ello, la aspiración por parte del sector es que, a veces, todo llega con acelerones que preceden a periodos con demasiada calma.

Esa ha sido una de las ideas que ha tenido más presencia durante la presentación del ‘Estudio Macroeconómico del Impacto del Sector Eólico en España’ elaborado por Deloitte que ha presentado la Asociación de Empresas Eólicas (AEE) este jueves en el Club de la Energía.

Así lo ha reflejado el director general de la asociación, Juan Virgilio Márquez, que también demanda una estabilidad jurídica y regulatoria para el desarrollo de la industria. Misma percepción que traslada la presidenta de la AEE, Rocío Sicre, que espera que haya un gran consenso entre los partidos políticos para seguir avanzando.

Por lo que respecta a las principales magnitudes presentadas en el informe, 2018 ha supuesto una vuelta a la actividad intensa del sector eólico, y un año de fuerte actividad e incremento de la contribución a la actividad económica del país, con un incremento del 5,8% en su contribución al PIB y un 6,1% en empleo. Esta reactivación, según explican desde la AEE, está ligada a la cercanía del año 2020, y los objetivos de renovables y de reducción de emisiones que tiene que cumplir España bajo sus obligaciones establecidas en el Paquete de Energía y Clima de la UE 2011-2020, y la reciente aprobación de los nuevos objetivos de energía y clima para el periodo 2021-2030 de la UE.

EL IMPACTO DE LA EÓLICA

Según los datos aportados por el estudio, el desarrollo de energía eólica en España permite reducir la dependencia energética de España de terceros países (80% en 2006 y 73,9% actual), ha contribuido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y ha ayudado a reducir el precio en el pool eléctrico. Así, a finales de 2018, España contaba con 23.484 MW eólicos. En 2018, la generación eólica fue de 49.750 GWh, lo que supone una cobertura de la demanda del 19%.

Por lo que respecta a la potencia instalada, en 2018 se instalaron 392 MW, cifra superior a la de los últimos 5 años en su conjunto, pero lejos de valores superiores a los 1.000 MW anuales que se dieron hasta 2012, con un máximo de 3.502 MW en 2007.

Esto refleja unos ingresos de los productores de energía que se ven sujetos a las variaciones del precio del mercado mayorista de la electricidad. De esta forma, también su contribución al PIB es muy variable, dado que los costes de un parque eólico no varían en la misma medida que el precio. En 2018, dado que recibieron unos ingresos medios unitarios superiores en un 2,23% respecto a 2017, los ingresos ascendieron a 4.285 millones de  euros. No obstante, en 2016 dichos ingresos fueron de 3.105 M€, un 35% menos, con un ingreso medio de 58,53 €/MWh, aun siendo la generación eléctrica similar.

LA INDUSTRIA QUE CRECE

En el caso de los fabricantes de equipos y componentes, la actividad económica ha crecido durante 2018 en un 8%. Durante los primeros años del periodo 2012-2018, este incremento se debió a la modificación de sus modelos de negocio, exportando hacia otros países la mayor parte de su producción. Asimismo, pasaron a ofrecer servicios de suministro de repuestos, y la prestación de servicios de operación y mantenimiento. En 2018, la contribución de este sector aumentó en 42,6 M€, en comparación con 2017.

Por último, el sector de los proveedores de servicios ha aumentado su contribución un 5% en 2018 respecto a 2017, alcanzando los 320 millones. El sector de estructuras offshore, por su parte, ha presentado en 2018 una contribución inferior a la de 2017, de unos 27,5 millones.

En cuanto a las magnitudes de empleo, en 2018 el sector empleaba, directamente o de forma inducida, a 23.972 personas con un aumento del 6,1% respecto a 2017. El Sector Eólico ha contribuido a la recuperación del empleo en España en los últimos años.

LA CARGA FISCAL

Uno de los pesares que ha mostrado Juan Virgilio Márquez durante la presentación del estudio es que la industria eólica es una de las más gravadas. Así, el análisis de la balanza fiscal permite comprobar que soporta una carga importante respecto a su margen, encontrándose entre las principales salidas de caja.

En concreto, las empresas pagaron en los últimos siete años analizados un total de 3.598 millones en impuestos y tributos, de los cuales 588M€ se corresponden con 2018. En el caso de los productores eólicos, por cada 1.000 € de ingresos, 145 € se dedican a pagos de impuestos y tributos, de los cuales 110 € son para satisfacer el impuesto sobre el Valor de la Producción de la Energía Eléctrica (IVPEE) y los cánones eólicos establecidos por las comunidades autónomas.


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