Google empieza a enseñar los dientes a la banca tradicional y se prepara para entrar en el mundo de los servicios financieros con propuestas disruptivas que pueden dejar fuera de juego a la banca tradicional, pero la compañía está siendo astuta y cautelosa y ha buscado un partner financiero para no tener los problemas que Facebook está teniendo con su criptomoneda “Libra”.
La compañía se está preparando para ofrecer cuentas corrientes a los consumidores, según informó la semana pasada en exclusiva el Wall Street Journal en el 2020. Google ha denominado «Cache» a este proyecto e irá de la mano de bancos y cooperativas de crédito para ofrecer cuentas corrientes. De esta manera no se quedaran al margen de la regulación financiera actual y evitará los problemas que Mark Zuckerberg ha tenido y está teniendo para poner en marcha su criptodivisa “Libra” que, si no muerta, nace ya herida de muerte por tener en contra a todos los Estados del mundo al ver amenazada su soberanía monetaria.
Google ha sido más hábil y se centrara en su negocio con sus nuevos clientes bancarios: los datos, dejando a sus socios bancarios encargarse de las actividades financieras y de cumplimiento relacionadas con las cuentas que se abran.
Google usará a sus socios de instituciones financieras como caballo de Troya de cara a los Gobiernos y organismo financieros evitando asi los errores que otras compañías tecnológicas han cometido con sus productos financieros.
De hecho, Apple ya se ha adelantado a esta estrategia parcialmente y trabaja con Goldman Sachs en su producto de crédito Apple Card. La tarjeta se presenta como un producto Apple, pero quien presta todo el servicio en el Backoffice es gigante de la inversión de Wall Street.
Pero entonces ¿Qué sentido tiene para la compañía californiana de Mountain View entrar en este sector para dejarle gran parte del negocio a la banca tradicional? Google se centra en lo que mejor se sabe hacer, que es el análisis de datos. Obtendrá mucha información valiosa y conocimiento sobre el comportamiento de los clientes y tendrá acceso a su cuenta corriente, construyendo un “google maps” del día a día de la vida financiera de millones de ciudadanos.
Google dice que también tiene la intención de ofrecer ventajas en sus productos tanto para los consumidores como para los bancos, incluidos programas de fidelización, además de ofrecer los servicios financieros básicos.
La clave de la entrada del gigante tecnológico en el negocio bancario es saber si cobrará o no tarifas de servicio. Conociendo como se las gasta la compañía de Sergei Brin y Larry Page lo más probable es que las comisiones de servicio fueran cero, buscando una ventaja definitiva sería sobre la mayoría de las cuentas corrientes disponibles.
Google ya tiene Google Pay y Google Wallet. Este último tiene funciones más allá del simple seguimiento de pagos, incluida la capacidad de enviar dinero entre personas. Mientras tanto, sus rivales, incluida Apple, también han introducido productos de pago, y Apple, por supuesto, recientemente se expandió al mercado de crédito con Apple Card. Facebook también presento su propio producto digital y a principios de este año anunció su intención de construir su propia moneda digital llamada «Libra», un proyecto muy contestado por los Gobiernos y los reguladores financieros, lo que ha provocado que los socios de Zuckerberg se fueran bajando del proyecto poco a poco.
Los socios financieros iniciales con los que Google está trabajando son City Group y Stanford Federal Credit Union, que buscan atraer a clientes más jóvenes y con más conocimientos digitales. Google dice no usar los datos de Google Pay para publicidad y que no los comparte con los anunciantes. Aún así, convencer a las personas para que le den acceso a Google a esta área potencialmente sensible de sus vidas podría ser una batalla cuesta arriba, especialmente dado el clima político y social actual en torno a la invasión de las empresas tecnológicas en nuestra privacidad.