Sexo después de tener hijos… ¿eso existe?

La paternidad y el sexo son dos palabras que pocas veces van de la mano. Ser padres es de las mejores cosas que te van a pasar en la vida. Hay una pequeña personita que depende “ABSOLUTAMENTE” para todo de ti. El problema es que, al igual que te trae alegrías, también pagas un precio por ellas, y en la mayoría de los casos ese es sacrificar tu vida sexual.

Cuando un bebé llega al hogar, las horas de sueño disminuyen considerablemente, al igual que el cansancio físico y el psicológico. Afrontar las responsabilidades nuevas de esa pequeña criaturita te juegan malas pasadas a nivel de libido, la misma que suele ser inexistente.

Los pocos momentos que te quedan para estar con tu pareja suele ser con una mano metida en la cuna y la baba en la almohada con la cabeza por fuera del colchón. Plantearte ni tan siquiera tener sexo es algo que casi nunca se pasa por la cabeza. Es, o descansar, o disfrutar, y tu cuerpo parece que te mandase órdenes concisas a modo general que hace que tus párpados se cierren al más mínimo contacto con algo un poco mullido.

No obstante, hay algunos trucos para poder compaginar la paternidad con el sexo.

Comprensión ante la falta de sexo

amor en pareja

En la mayoría de los casos, en padres primerizos el miedo a que le suceda algo al nuevo e indefenso miembro de la casa te impide pensar casi en ducharte, así que del sexo ni hablamos. Existe la depresión y dolores después del parto que cohíben mucho a las mujeres a la hora de retomar las relaciones sexuales con la pareja.

En primer lugar, hay que comprender al otro y tener paciencia. En los hombres también surgen cambios a nivel interno. La mayoría de los hombres, cuando son padres, tienen un descenso de testosterona de casi un 30%, lo que hace que sus ganas de tener sexo bajen considerablemente.

Al igual que la falta de sexo durante un tiempo después de tener un bebé es lógica y razonable, eso no se puede hacer eterno. Ten en cuenta que, cuanto menos sexo tengas, menos ganas de tenerlo tienes, valga la redundancia.

No caigas en el costumbrismo

sexo entre amigos

Es bastante común en las parejas, cuando dejan de tener sexo, que poco a poco el tiempo de esas carencias se vayan prologando sin que se den cuenta. El fallo es que, de pronto, has pasado de tener una pareja pasional a un compañero de piso con el que tan solo hablas de los problemas o de lo bien que comió el niño.

Es bonito que en la pareja haya una amistad como base de la relación, pero cuando esto es lo único que hay, la cosa puede ser que acabe mal.

Es necesario tener aunque solo sean pequeños momentos íntimos que denoten que tu interés por el otro no ha decaído o, al menos, no del todo. Hay algunas cosas que no se suelen hacer y que es algo que marca una diferencia enorme entre amistad, lujuria y amor que seguramente no te hayas planteado. Una caricia en la cara, un beso en la frente, un susurro al oído, una cosquilla en la espalda o incluso un pequeño pellizco en el culo.

No importa quién se lo dé a quién, es algo que te recuerda que no estás solo y que eres algo más que alguien que cuida a un bebé.

Planea una cita y ten sexo

sexo tras la paternidad

Puede que te suene a chiste lo de preparar una cita con tu pareja después de que ya viváis juntos y de que encima tengáis un retoño al que cuidar. El caso es que es necesario dedicar tiempo a la pareja, el mínimo, pero alguno.

El bebé no va a desaparecer porque lo dejes una noche con los abuelos. Escoge una fecha cada quince días en la que solo seáis vosotros dos sin que el mundo os moleste. No vale estar pendiente del teléfono cada cinco minutos.

Un día cada quincena te tocará sorprender a tu pareja de alguna manera en la que el final sea tener sexo salvaje sin interrupciones y sin miedo a jadear fuerte por despertar al bebé. No es demasiado lo que se pide. Una vez tú, una vez tu pareja. En todo un mes os merecéis estar solos dos días. Si te paras a pensarlo es hasta poco, pero por algo se empieza.

Haz una cena romántica en casa o sal a comer fuera, ve al cine o da un paseo por el parque bajo la luz de la luna con las manos de cada uno metida en la parte trasera del pantalón del otro. Vuelve a recordar lo que te enamoró de la otra persona.

Deberías incluso introducir cosas nuevas como juguetes eróticos, velas de masaje, aromas, baños de espuma y todo lo que se te pase por la cabeza. En el sexo, el único que pones frenos eres tú. La imaginación es la mejor compañera de la pasión.

Enamórate de nuevo

sexo y amor

A veces, cuando miramos al pequeño, solo vemos lo bonito que es o lo bien que duerme, y no nos fijamos en el trasfondo de lo que tenemos enfrente. Esa cosita que está ahí y que no deja dormir ni descansar no lo ha traído la cigüeña precisamente.

El bebé es el resultado de haber tenido una noche de sexo con tu pareja. Si eso está ahí es porque no lo estabais haciendo tan mal. Es necesario cambiar la mentalidad y cuando mires a tu nueva responsabilidad recuerdes que es una mitad tuya y otra de tu pareja.

Tener sexo pasional de nuevo con tu pareja después de tener un bebé ayuda a que los problemas diarios se mitiguen, a que haya mayor complicidad y comprensión en la pareja, y a que los pequeños se críen en un entorno en el que los cónyuges desprenden felicidad. Cuando sois padres, vuestros genitales no desaparecen, eres tú el que decides ocultarlos en modo caracol.

No olvides lo más importante, el que tiene una vida sexual activa tiene muchas más probabilidades de que la pareja continúe por buen puerto.