El principal metal precioso cotizado, el oro, se perfila como valor refugio clave para minimizar los riesgos financieros de los acontecimientos políticos y económicos que sucederán en lo que queda de año y a lo largo de 2020.
El precio del oro exhibe signos de fortaleza
Los operadores que siguen la cotización del oro en tiempo real llevan constatando desde principios de agosto una consolidación del precio en torno al soporte psicológico de los 1500 dólares, que ha tardado 6 años en lograrse (en abril de 2013 el oro rompía este soporte y caía en los meses sucesivos hasta los poco más de 1000 dólares). Y todo apunta a que la cotización romperá al alza el rango de consolidación en el que se encuentra en cuanto alguno de los muchos catalizadores existentes termine por desencadenarse. Ciertamente, son bastantes los que hacen presagiar una subida en el precio del oro en los próximos meses. A continuación, analizamos dos de los principales factores que podrían dar lugar a la próxima fiebre del oro.
Las guerras comerciales
Los continuos enfrentamientos comerciales entre Estados Unidos y China están afectando de manera importante al libre comercio internacional. La Unión Europea también está cada vez más inmersa en el conflicto comercial con la administración Trump y la tensión no solo no se reduce, sino que va en aumento. Estas inestabilidades comerciales favorecen un alza en el precio de los metales preciosos, especialmente en el caso del oro, valor refugio por excelencia entre los inversores.
La inestabilidad política en las principales locomotoras del mundo
Es cierto que no hay año que no se libre de algún acontecimiento político significativo que se deje sentir en los mercados, pero 2019 está siendo uno especialmente cargado de ellos. Salvo un milagro de última hora, en este mes de octubre, Reino Unido abandonará la Unión Europea y la historia interminable del brexit podría llegar a su fin, con todas las consecuencias que ello implica a nivel político y económico. En Estados Unidos, se está tratando de sacar adelante un proceso de impeachment que podría desestabilizar la todopoderosa economía estadounidense y contagiar al resto del mundo. Y China sigue sin poder resolver el conflicto con Hong Kong, que amenaza con enquistarse y gangrenarse. Hay que recordar que China ya sufre una importante desaceleración en su crecimiento económico y que estas tensiones políticas no son precisamente positivas para su economía. Ante todas estas incertidumbres, son muchos los inversores que apuestan por refugiarse en el oro hasta que se disipen o pasen.
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En definitiva, la proliferación de problemas comerciales y políticos por doquier en un mundo cada vez más globalizado e interconectado amenaza con desencadenar una nueva crisis mundial. Es difícil negar cómo se está abonando el terreno a la luz de las noticias que aparecen prácticamente a diario en los medios de comunicación. Y es precisamente toda esta incertidumbre la que podría catapultar el oro hasta la estratosfera, ya que sus excelentes cualidades como valor seguro nunca han decepcionado a los inversores hasta la fecha.
