miércoles, 6 noviembre 2024

10 errores IMPERDONABLES a la hora de cocinar salmón

El salmón es un pescado que tiene muchos beneficios para la salud. Es fácil, ademas, de encontrar en las pescaderías y en las grandes superficies. Posee un alto contenido en grasas saludables y proteínas. Los consumidores lo saben y por eso se escoge como uno de los más consumidos. Es un tipo de pescado que gusta a grandes y pequeños, y que permite muchas formas variadas de preparación. Tiene muy buena fama y es aconsejable en las dietas de adelgazamiento. Esto le dota de un plus.

Pese a ser un pescado tan famoso, si no se presta un poco de atención a la hora de cocinarlo, se puede acabar consiguiendo un plato con un pescado muy reseco que quite las ganas de comer finalmente. No te asustes, pues cocinar salmón tampoco es tan difícil, sólo hay que seguir una serie de consejos para que quede perfecto y sabroso. Te listamos los diez errores imperdonables que no debes de cometer. ¡Sácale el máximo partido al salmón que compras!.

No prestar atención al color del salmón

salmón

El salmón se cocina de una forma poco elaborada. Muchos consumidores lo hacen a la plancha o al vapor. Con esto es fácil poder confiarse y que el resultado no sea tan positivo como el que se espera.

Cuando compres salmón, tanto fresco como congelado, debes de tener bastante claro que los mejores resultados los tendrás con el fresco. Esto pasa con cualquier pescado que se adquiera en el mercado.

Debes de fijarte atentamente en la coloración que tenga el salmón. Cuando más intenso sea su color, mejor calidad tendrá. Esto les pasa a los salmones salvajes, pues en las piscifactorías puede aumentar el color con una alimentación específica que se le suministra.

Lo ideal será comprar un salmón entero y que sea el propio pescadero el que corte la pieza. Deberás de separar las partes del pescado: cabeza, cola, ventrescas, etc. Si quieres uno que no tenga muchas raspas, elige la zona de la cola.

No saber descongelarlo de forma correcta

salmón

El proceso de la descongelación es esencial. Comprar una pieza grande de salmón requiere meterlo en la nevera a la fuerza, a no ser que se consuma en el mismo día. Recuerda que tienes que sacar el salmón del congelador y meterlo en la bandeja más baja del frigorífico 24 horas antes de ser consumido.

Cuando lo saques finalmente de la nevera deberás de quitarle todo el exceso de agua que tenga. Cuando esté un rato fuera se pondrá a una temperatura ambiente. Un truco a tener en cuenta es que no debes de poner el salmón frío en la sartén. En este caso, los bordes quedarán más cocidos de lo normal.

Nunca descongeles el salmón en el microondas, pues se cocinará un poco.

Quitar la piel

salmón

La piel de este pescado está estupenda crujiente. Esta es una barrera de protección altamente eficiente.

El salmón, gracias a esta, retiene los jugos y ayuda a que la carne esté tierna cuando se cocina, aunque puede darte dificultades para cocinar una pieza que sea demasiado gruesa.

Cuando termines y lo emplates lo único que tienes que hacer, si no te quieres comer la piel, es retirarla con el tenedor. Merece la pena sin lugar a dudas.

No quitar las espinas de los lomos

salmón

Hay pescaderos que te pueden ayudar a quitar las espinas de los lomos del salmón. Cuando no es así, puedes usar unas pinzas especiales de cocina.

Debes de armarte de paciencia y poco a poco te quedarán unos lomos perfectos para ser cocinados.

Las pinzas de depilar son ideales para esta labor, siempre y cuando las uses sólo para esta. Agarran bien todas las espinas y puedes fiarte de ellas. O bien, como te he dicho, comprar solo la pieza de la cola.

Echar la sal cuando no corresponda

salmón

La sal no se debe de añadir en cualquier momento. Recuerda que siempre se sazonará antes de cocinar el salmón.

Cuando se echa la sal antes, el pescado se comenzará a resecar.

El salmón marinado suele llevar más sal que otros platos y se presta a que quizás se pueda sazonar dos veces, en pocas cantidades, obviamente.

Cocerlo en agua sola

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El salmón se puede preparar de una forma saludable: cociéndolo. Esta acción tiene su misterio, pues meter el salmón sólo en agua no te llevará a ningún lado.

Lo que tienes que hacer es echar en el agua sal, pimienta, aceite de oliva, eneldo o vegetales que le pueden dotar de sabor. Un truco, añade una o dos hojas de laurel. Le darán un sabor diferente.

Cuando lo saques para ser consumido notarás un estupendo aroma que te abrirá el apetito.

Darle demasiadas vueltas

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Cuando se cocina el salmón a la plancha, hay dos opciones. Una de ellas sería la de ponerlo por el lado de la piel y posteriormente taparlo. Al finalizar este lado se pondrá por el otro. Aplastarlo con el tenedor no te servirá para que se haga antes.

La segunda opción sería no tapar el salmón, pero en esta ocasión deberás de vigilar más veces la pieza para que no se queme.

Hay que darle varias vueltas, pero no constantemente. El salmón se desmenuzaría demasiado y estará incomible.

Cocinarlos más tiempo

pescado

En el momento en que el salmón esté terminado hay que retirarlo del fuego. Más tarde se dejará reposar unos minutos en el calor residual del fogón.

Para saber el punto exacto en el que está hecho el salmón puedes usar un termómetro de cocina metiéndolo en la pieza de pescado.

Cuando llegue a los 62 grados estará listo (esto es para todo pescado que se cocine a la plancha).

No usar los utensilios adecuados

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La piel del salmón, y en general de todos los pescados, suele ser bastante pegajosa. Por este motivo, debes de usar una sartén que no se pegue. En vez de ser de hierro, que sea de teflón.

Cuando lo cocinas de esta forma, la piel quedará perfecta, pues cuando se pega, la espátula o tenedor puede desgarrarla y el filete quedaría incomible.

No recalientes el salmón, y mucho menos que lo hagas en el microondas. Cuando tengas restos de este pescado lo mejor que puedes hacer es usarlos para hacer otros platos como ensaladas o sandwiches.

No calentar bien la plancha

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Cuando se realiza a la plancha se debe de tener paciencia y calentarla lo suficiente. Debe estar bien caliente para que el salmón se haga bien, de lo contrario el sabor no será igual.

El primer contacto que tiene el salmón con la plancha sella la carne. Esto evita una pérdida de jugos necesarios para que no se seque.

Si la plancha no queda caliente, se alargará el tiempo del salmón. Esto hará que la pieza de pescado pierda consistencia y sabor.


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