La novedad de las series en streaming, baratas y de calidad llamó la atención a todo el mundo. Después de años de rodaje, Netflix se hacía global y reconocida. Con un modelo de negocio que -de momento- no se preocupa por el retorno económico, sino de aumentar la cartera de clientes, el problema es que eso también se ha complicado.
Si miramos un mercado, por ejemplo el español, donde se ha adoptado un importante grado de madurez con las plataformas en streaming, observamos una competencia desmesurada. Y esto valdría para la mayoría de regiones desarrolladas, donde compiten a la vez estas empresas de contenido con los operadores de telefonía que, cada vez más, apuestan por sus propias producciones. Aquí tenemos el caso de Movistar, cuyo contenido propio cada día tiene mayor reconocimiento.
En este contexto, según un informe de Bloomberg al que ha tenido acceso MERCA2, Netflix -a nivel global- habría tenido un comportamiento muy discreto durante el segundo trimestre del año y, según la valoración de los analistas, esperan que en la parte final del ejercicio recuperen algo de fuerza. No obstante, asumen que hay tres problemas ahora mismo que deberá enmendar la compañía dirigida por Reed Hastings.
El primer condicionante tiene que ver con la última subida de precios. Existe un gran volumen de usuarios que otorgan importancia al coste del producto. Tanta, que darse de baja y recomendarlo puede verse condicionado por el precio. Y es que mucha gente llegó a la plataforma por su flexibilidad de precios, pero Netflix tiene que ajustar poco a poco su margen de ganancias, y con la ampliación del catálogo y las nuevas calidades de visionado, tiene margen para arañar algo.
Otro condicionante que asume la agencia estadounidense es que la lista de novedades cada vez genera menos impacto. Además, ha sido un año terrible en cuanto a competencia, puesto que series como ‘Juego de Tronos’ o ‘El cuento de la criada’ han tenido una repercusión social y mediática que va más allá del propio contenido. La segunda, incluso, se ha convertido en un referente de la lucha feminista y su iconografía ha estado muy visible en las últimas protestas y manifestaciones públicas. Por el contrario, Netflix no ha conseguido esa repercusión social pese a que tiene series de gran calidad.
Por último, la plataforma tampoco está incorporando de manera masiva (y con calidad) programas adicionales a las series. Es decir, sin contar que su catálogo de películas es bastante flojo, Netflix aseguraba que tendría otras referencias de contenidos, aunque tampoco están teniendo una gran repercusión a nivel social y mediático. Existen buenos documentales y similares, pero que no trascienden.
EL ARMA DE NETFLIX
Con todos estos condicionantes, el informe explica que esa recuperación en la segunda mitad del año se deberá al estreno de nuevas temporadas de series como ‘La casa de papel’. Aunque, precisamente, eso es maldición y virtud. Explican que Netflix, y las plataformas en general, han entrado en ciclos estacionales muy marcados por las grandes producciones.
Un ejemplo que ha vivido HBO con ‘Juego de Tronos’, donde hubo un aluvión de nuevas altas durante los meses de emisión, y ahora puede haber parado. Dato difícil de conocer porque estas plataformas no practican la transparencia informativa.
Por lo tanto, las nuevas temporadas que llegan este verano pueden suponer un revulsivo. Además, y volviendo al plano español, acuerdos como el alcanzado entre Netflix y Movistar deben servir para afianzar la base de usuarios y el reconocimiento de la marca, aunque sea sobre el negocio de un tercero.
Y será algo necesario, porque Netflix perderá dentro de poco algunas de las series tradicionales históricas como ‘Friends’, y otras tantas que están por caer, debido a que se trata de producciones ajenas a estas nuevas plataformas y que, simplemente, tienen contratados sus derechos. Por eso, aunque no son grandes reclamos, curiosamente suelen ser de las más vistas.