Pau Gasol nunca se esconde, y cuando se quiere decir nunca es con cada una de las letras que conlleva dicha palabra. Ni al más alto nivel en la mejor competición del mundo, ni en cualquier otro momento vistiendo otras elásticas, y por supuesto no iba a ser menos en sus peores horas en San Antonio. El de Sant Boi salió ante los medios después de varios partidos sin jugar y expuso su propia idea que en resumidas cuentas el juego (al menos en la franquicia texana) había cambiado de tal forma que le costaba adecuarse ya fuera por velocidad o estatura.
Agua pasada. Este mismo lunes (madrugada en España) el español debutaba en el que por números es el mejor equipo de la NBA, Milwakee Bucks. Se podría decir que es lo bueno que tiene la NBA, también a veces es autodestructivo, pero te permite cambiar muy rápido y tener nuevas oportunidades, en este caso el de luchar por el anillo o al menos por volver a jugar una final de la NBA, porque reconozcámoslo nadie duda de la histórica figura de Popovich pero el hype que mantienen los Spurs lleva demasiado tiempo sin apenas justificación.
Al final ese es el objetivo último para un jugador de 38 años, que lo ha ganado casi todo y que ya no llega al nivel que ofrecía antes. Por suerte, tampoco quieren eso en Milwakee, sino que buscan un veterano, curtido en mil batallas, que sepa lo que es jugar finales y ganar anillos (aunque parezca mentira ya no quedan tantos así). Gasol no llega a Milwakee para liderar el equipo (me temo que ni para ser titular o al menos decisivo) llega para aportar en un rol de secundario donde prima una buena actitud y gasolina para no más de 15 minutos por encuentro.
Wisconsin no es Texas. Gasol llegó a la franquicia de la herradura porque había pocos jugadores que entendieran el juego como él, pocos con su precisión en el pase y conocimiento del espacio libre. No cuajó porque el sistema de Poppovich le superó, con Aldrigde campando por la zona, el equipo no necesitaba jugadores de más envergadura. Para su discípulo, Budenholzer, la altura no es problema sino más bien solución en algunas ocasiones para cerrar el aro (Milwakee es el equipo que mejor rebotea), mientras sea capaz de asumir tiros exteriores.
Para dar cuenta de lo anterior sirve un ejemplo muy visual (cortesía de @A_Monje en su cuenta de Twitter) de lo sucedido en el debut de Gasol, en la inesperada derrota ante Phoenix en un último cuarto terrible. Apenas el reloj había transcurrido 8 minutos de partido y Budenholzer ya tenía en el quinteto a cinco ejemplares por encima de los 2 metros: Middleton (2,03), Mirotic (2,08), Ilyasova (2,08), Antetokounmpo (2,11) y Robin López (2,13), pero que atesoran a su vez un acierto de tres por encima de la media de la liga (35,4%), en concreto del 37,9%, 36,8%, 37,5% y 36,6%. Mientras que el griego jugaba dentro de la zona con aclarados.
Aunque la imagen esconde todavía más detalles, en primer lugar la colocación de los jugadores no es casual. Robin López (el que tiene un menor acierto en T3) aparece más lejano que el resto de tal manera que obliga a Ayton (el jugador más fuerte y que puede parar a Anteto) a salir más si cabe de la zona. Middleton está colocado en la zona central izquierda amenazando el triple, dónde promedia cerca de un 43% de acierto (son casi 5 puntos porcentuales por encima de su media).
En segundo lugar, Ilyasova inicia el corte debido a que la zona que ocupa no es prolífica para el su acierto en triples (está por debajo del 30% en la esquina derecha) y arrastra defensor para intentar sacar ventaja en el poste. Por último, Mirotic amenaza desde la esquina izquierda donde si bien su porcentaje en triples no es el mejor (en el lado izquierdo presenta mejores cifras) aunque desde ese ángulo y dentro de la zona no había fallado un tiro en sus partidos con los Bucks.
La anterior imagen define la transformación que han vivido los Bucks con Budenholzer esta temporada. La franquicia de Wisconsin ha pasado de ser una de las que menos triples tiraba (la tercera por la cola) a una de las que más (entre las tres primeras). En concreto, la diferencia de un año para otro es que en este 2018/19 Milwakee tira hasta 15 triples más por partido lo que les ayuda a ser uno de los más anotadores de la liga.
La mejora desde la línea de tres es vital en Milwakee, hasta el punto de que hasta Anteto está tirando (y ha encadenado unas semanas de gran acierto, aunque no solo por un asunto de mayor ritmo ofensivo o puntos, sino desde el punto de vista de amenaza para dejar la zona despoblada donde el gigante heleno campa a sus anchas. Y al final, la clave de la andadura de Gasol en los Bucks dependerá en gran medida de ello, de que mantenga el acierto (supera el 40% holgadamente aunque este año la muestra es muy pequeña) de los últimos años en el tiro de tres.