viernes, 13 diciembre 2024

Los audios cansinos: otro negocio que WhatsApp arrebató a los operadores

Que levante la mano el que no sufra de audios cansinos en WhatsApp. Quien más, quien menos, tiene algún familiar, compañero o amigo que tiende a dar la turra con mensajes de voz a través de la plataforma. Un servidor lo sufre, por ejemplo, con uno de los redactores de MERCA2. Es buen tipo y periodista, pero le encanta dejar el dedo apretado sobre el audio y extender sus explicaciones. No es un caso aislado, la tendencia va en auge. Y aunque no hay datos oficiales, es algo que se percibe. También, como no podía ser de otra manera, se trata de un servicio que los operadores no han visto venir. Una vez más, ingresos menos en caja.

El importe del negocio no se puede calcular. Lo único claro es que Movistar, Orange y Vodafone se han quedado descolgados, de nuevo, en una tendencia de comunicación. Desde hace años es una evidencia que los grandes operadores han perdido el pulso en el negocio de la mensajería instantánea. También lo habían hecho en las videollamadas; y ahora es turno de los mensajes de voz.

A estas alturas del camino ya da lo mismo. Los operadores, aunque quisieran, han paquetizado todo; e, incluso, dan casi gratis algunos servicios como es el caso de los SMS. Aunque quizá lo más significativo es la pérdida de influencia. Miles de nuevos usuarios que se incorporan al entramado de la comunicación digital lo hacen a través de WhatsApp, Skype o redes sociales. Asumen que compañías como Movistar, Orange o Vodafone son un bien contingente con el que tener megas para utilizar todo lo demás.

Y lo peor, en esa pérdida de influencia, es que servicios como los mensajes de voz cada vez tienen mayor presencia como herramienta comunicativa. Por pereza, agilidad, o cualquier excusa, cada vez más gente se dedica al arte de recitar al teléfono. Tanto, que algunas personas no mandan audios sino podcast. Más de uno debería pensar en el patrocinio de sus discursos.

Lo único claro es que los operadores han dejado pasar un tren. Uno en el que estuvieron montados y tenían varias herramientas para haberse ganado la confianza de los usuarios.

EL DÍA QUE MOVISTAR, ORANGE Y VODAFONE LO INTENTARON

Corría el año 2012 y los operadores lo veían claro. Llegaba el momento de montarse sobre una plataforma unificada, Joyn, y ofrecer servicios de conectividad enriquecidos con audios, imágenes y video. Movistar, Orange y Vodafone lo tenían todo de cara para posicionarse al frente de la comunicación. Pero algo falló.

Y lo hizo con estrépito. En pocos años todo el mundo migró en masa a WhatsApp y otras plataformas, y los intentos de los operadores por retener a sus propios clientes en sus propios servicios, fracasaron.

Lo curioso es que alternativas como Joyn nacieron con lo que ahora mismo más echa en falta la gente: seguridad y privacidad. Esa era una de las palancas de arranque del proyecto. Movistar, Orange y Vodafone garantizaban buenas prácticas y siempre en un entorno seguro. Algo que ahora mismo trae de cabeza a buena parte de los usuarios, al menos lo más desconfiados.

Así, nuestras conversaciones son grabadas, almacenadas y listas para que nos atiborren a publicidad. Ya nos da lo mismo. Damos al botón, y a rajar. Se trata de un acto en auge, da lo mismo la edad. Es directo como una llamada, pero sin ser tan intrusivo. Deja margen al escuchado para obtener una respuesta, dado que nunca es urgente y, la mayoría de veces solo decimos estupideces. A veces, hasta solo decimos “ok”.


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