La pobreza femenina española a debate en el Parlamento europeo

La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales, Fademur, ha acudido a Bruselas este martes, para mantener reuniones al más alto nivel y reivindicar el papel de la mujer en el ámbito laboral de los pequeños núcleos poblacionales. Lo ha hecho tras celebrar el pasado jueves día 11, el Día de las Mujeres Rurales, que se conmemora el 15 de octubre, una fecha en la que se trata de dar visibilidad a las mujeres en este campo.

Teresa López, presidenta de Fademur, en su periplo por la capital comunitaria se ha reunido con la COPA (la voz de los agricultores y sus cooperativas en la Unión Europea) y con la Comisión Europea, y ha intervenido en el Parlamento para hablar sobre la ley de Titularidad Compartida, la normativa que existe en nuestro país mediante la cual la mujer que trabaja en el campo, en un ámbito familiar, puede adquirir el mismo rango que su marido y optar a los mimos derechos, tales como formar parte de la titularidad de la explotación o simplemente estar dada de alta.

López señaló que tan sólo el 30% de las explotaciones de la UE están gestionadas por mujeres, y que en algunos casos el porcentaje se desploma al 5%. Además, el porcentaje de hectáreas que controlan los hombres asciende al 61% frente al 12% que controlan las mujeres.

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Para Paula Álvarez, responsable de comunicación de Fademur, queda mucho por hacer: “vamos a Europa y oímos hablar de esposas colaborativas y no aceptamos ese término”, señala en alusión a las intervenciones en la cámara. Asegura que es necesaria una Política Agraria Común con perspectiva de género y con unos presupuestos acordes a ella. “En Europa las cosas van muy lentas”, sentencia.

La ley de Titularidad Compartida depende de las Comunidades Autónomas. Madrid y Andalucía fueron las más rezagadas, no obstante, la comunidad que preside Susana Díaz aplicó la norma la semana pasada. Es una normativa que han ido arrastrando todos, señala Álvarez, “los trabajadores de la Administración desconocen los procedimientos, y en algunos casos no se informa correctamente”, mariza Álvarez.

En muchos países europeos las mujeres están desprotegidas, no existen leyes semejantes a la española y Fademur quiere impulsarla en todos los países de la zona euro. “Actuamos por sororidad, queremos que la ley beneficie a todas las mujeres, en todos los países de nuestro entorno, y que en nuestro país se profundice más, ya que los datos son muy bajos”, señalan en la federación.

Para comprender y concienciar a la sociedad de la necesidad de dotar a la PAC de una perspectiva de género hay que tener en cuenta el contexto real. Hablamos de trabajadores rurales, autónomos del campo, que en muchos casos poseen una rentabilidad muy escasa de sus propias explotaciones. Esto provoca que sean los hombres los que figuren en los papeles, la mujer, que trabaja de igual a igual no aparece, esto acarrea una serie de problemas que van más allá de la propia economía: la dependencia absoluta del hombre, la escasez de capital, la ausencia de pensión, y la imposibilidad de acogerse a ningún tipo de beneficio por enfermedad, ect.

LOLA, DE LA CIUDAD AL CAMPO PELEANDO POR EL EMPLEO

Lola, es una de las cientos de mujeres que viven en una situación de desprotección laboral. Vive en Almendral de la Cañana, un pueblo de la provincia de Toledo, de algo más de 300 habitantes. Lola es neo rural, vivió en Madrid hasta los 35 años y decidió mudarse al campo con su familia. Su marido tiene una explotación ganadera, heredada de sus padres, y ella está peleando por la titularidad compartida.

“Esta normativa está muy bien porque antes no se podía dar de alta a dos personas en la misma explotación. El problema es que en muchas ocasiones la propia administración y organismos desconocen esta ley, en la Seguridad Social fue caótico, ahora por lo menos saben de lo que hablamos”, asegura.

Lola señala que el problema es la escasa rentabilidad de los recursos. “Hace 30 años el ganado se vendía más caro que ahora, así es muy difícil mantener dos cotizaciones”. Es por ello que muchas mujeres o bien dejan de trabajar, o lo hacen en la economía sumergida, con lo que pierden la posibilidad de cotizar, obtener una pensión o tener una baja por enfermedad o por maternidad, entre otras.

La pobreza femenina es una realidad. En el mundo rural es muy común que las mujeres trabajen de esa manera, por lo que tienen pensiones de viudedad de 350 euros. Acaban teniendo derecho a nada, tras llevar una vida entera trabajando.

Lola acusa al Estado de falta de información, “en el medio rural no se comunica la existencia de esta normativa, y la mayoría de mujeres y hombres la desconocen”. Señala que no quiere dar la sensación de estar “pidiendo siempre”, sino que lo que quiere es poder trabajar. Asegura que tiene mucho apego a la tierra y que no quiere irse del campo, aunque en los momentos bajos se lo replantea. Cree que la única manera de conseguir un reconocimiento laboral digno es seguir luchando y que la gente se conciencie de esta realidad.

Hay que atenuar el despoblamiento, pero no se puede hacer sin programas que ayuden en el sector del empleo. “El apoyo no debe ser sólo a los nuevos emprendedores, sino extensible a todos”, concluye.

RURALTIVITY, LA LANZADERA DE STARTUPS RURALES

Fademur, tras años apoyando la igualdad entre hombres y mujeres en los pueblos, decidió crear Ruraltivity, la aceleradora de startups rurales para impulsar de forma integral y gratuita proyectos de emprendimiento. Con ellos se trata de paliar la despoblación y el envejecimiento de las zonas rurales, lo que se conoce como la España vacía.

Según esta asociación, en el medio rural de España reside un 20% de la población, pero abarca el 90% del territorio. Además, los mayores de 65 años suponen más del 28% de la población, en los pueblos de menos de 2.000 habitantes, mientras que en las ciudades suponen el 17,7% de la sociedad.

Existen todo tipo de startups en el ámbito rural, las más comunes son las relacionadas con la agricultura o ganadería, pero hay muchas más. Empresas de cosmética natural, otras relacionadas con el retail o de nuevas tecnologías. Los entornos rurales en ocasiones son más propicios para desarrollar según qué actividades. La gestión del tiempo es de los elementos más valorados, también el espacio y características del propio medio. Hay cientos de posibilidades, tantas como ideas tienen los que las crean.