El hilo invisible que une la dimisión de Cristina Cifuentes del pasado 25 de abril y la destitución de Julen Lopetegui del 14 de junio apunta a Marisa González, que se mostró incapaz de frenar la cacería contra la ex presidenta madrileña y que en la actualidad está sobrepasada ante la reputación negativa que está granjeándose Luis Rubiales.
La periodista decidió sumarse al equipo del nuevo presidente de la RFEF y dejar atrás casi tres décadas de comunicación política. Marisa González se encargó de la jefatura de prensa del grupo parlamentario Popular en la Asamblea de Madrid en 1989 y desde entonces no dejó de engordar su currículum como jefa de prensa del PP en el Senado, directora general de Medios de Comunicación de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de Madrid, directora de Comunicación de la Delegación del Gobierno y directora de Comunicación de siete campañas electorales ante estas dos polémicas que estallaron en un periodo de 50 días.
LOS DOS GRANDES PRODUCTOS DE MARISA GONZÁLEZ
Un sector de la prensa conservadora siempre miró con escepticismo a Marisa González, que ayudó a «fabricar» la imagen de Alberto Ruiz-Gallardón y Cristina Cifuentes, dos de los políticos populares con mejor cartel entre las filas progresistas. Pero el abrupto final político de Cifuentes, que se aferró al cargo y fue rematada con guerra sucia, dejó en mal lugar a su jefa de Gabinete, sobrepasada por el vendaval. Los nuevos tiempos políticos le hicieron ver a la periodista que era hora de cambiar de aires y Luis Rubiales tocó a su puerta.
El nuevo presidente accedió a la RFEF tras la caída de Villar, achicharrado por la Operación Soule, y prometía aires renovados tras vencer a Larrea en las urnas. Uno de los principales apoyos de Rubiales para dejar atrás su puesto en la AFE y encargarse del fútbol español fue José Ramón de la Morena, que sin embargo ahora reniega de él. El de Brunete reconocía en Marca que había sido «uno de los inductores para que Rubiales llegara a la RFEF y luego me he dado cuenta de que es un farsante embaucador que va a hacer bueno a Villar. Debería mirar dónde y cómo ha acabado Villar. Rubiales es un personaje que el fútbol debe temer», explicó.
RUBIALES SE AGRIETA SIN QUE MARISA GONZÁLEZ PUEDA REMEDIARLO
Rubiales entró con bríos regeneracionistas pese a que recibió el apoyo en las elecciones de la RFEF del propio Villar, que hizo campaña contra Larrea por una posible pinza entre su ex mano derecha y su archienemigo Javier Tebas, presidente de la LFP. Villar conseguía mantener una bicefalia de poder en el fútbol español y lograba que Tebas no desmontase la estructura arbitral liderada por Sánchez Arminio, que daba paso a Velasco Carballo con un VAR con el que hace negocio Roures, íntimo de Tebas. La endogámica situación evidencia el pequeño núcleo de poder que controla el deporte rey.
Marisa González por su parte tenía intención de mantener la buena prensa que disfrutaba Rubiales, pero la destitución de Lopetegui conllevó que un sector de la prensa de bufanda madridista le diese la espalda. No lo hizo Alfredo Relaño al frente de AS, que incluso valoró su valentía a la hora de fichar a Luis Enrique, más antimadridismo.
Pero la mayor parte de medios aplaudieron su teatral enfado contra Larrea por contratar un viaje de 2 millones de euros al Mundial ruso para los directivos que Rubiales logró rebajar a la quinta parte, aunque posteriormente su decisión de subirse el sueldo desdibujó su imagen asociada a la tijera.
DEMASIADAS GUERRAS
Luis Rubiales ha pisado demasiados charcos en escaso tiempo: se enfrentó en COPE contra el presidente sevillista Pepe Castro por llevarse la Supercopa de España a Tánger, hace pinza con Florentino contra Tebas para protestar ante los posibles encuentros ligueros en Miami, y es incapaz de cerrar el culebrón en el que la arquitecta Yasmina Eid-Mached le acusa de utilizar el dinero de la ampliación de la Casa del Futbolista que pagó AFE para reformarse la casa, tal y como informó la SER.
MARISA GONZÁLEZ SE MUESTRA SOBREPASADA POR LAS POLÉMICAS DE RUBIALES
Rubiales afirma que la arquitecta, que denuncia una agresión del presidente de la RFEF, se plantó en su casa y le regaló los siguientes epítetos: «Te voy a romper los huevos, cabrón, hijo de puta, caradura, ladrón, todo el mundo va a saber quién es Luis Rubiales, un ladrón y estafador«. Marisa González quizás no ha sabido diseñar un discurso defensivo para su nuevo jefe, visiblemente incómodo con el asunto.
EL EQUIPO DE MARISA GONZÁLEZ
Marisa González se encontró a su llegada a la RFEF una estructura anacrónica en la que sobresalía una revista propagandística y marginal que tenía un coste anual de más de medio millón de euros. La ex jefa de Gabinete de Cifuentes y Gallardón está acompañada en sus tareas por Pablo García Cuervo, nuevo jefe de prensa que ha incorporado a su equipo a ex compañeros suyos de La Sexta como Rafa Zapatero.
Este equipo tiene la misión de mejorar la imagen de Rubiales y de despejar los rumores apuntados desde ‘El Chiringuito’, programa que desveló la desconfianza que generaba el equipo de comunicación dentro del vestuario de «La Roja».