La última publicación del Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que las hipotecas a tipo fijo representan el 40% de los nuevos préstamos que se firman en España. Este dato muestra el techo que los bancos han puesto a este tipo de hipotecas para incentivar la firma de nuevos préstamos a tipo variable.
Desde el 2015 la contratación era marginal y desde entonces ha sido el producto estrella para cumplir con los objetivos de rentabilidad de las oficinas hasta la fecha. Hay que tener en cuenta que en 2016 el Euribor entró en negativo por primera vez y la banca apostó por desvincularse de él mediante la comercialización de tipos fijos para garantizarse resultados durante los últimos años de contratación hipotecaria.
La previsible subida de tipos para la primavera de 2019 ha dado alas a la banca para captar la atención de sus clientes sobre las hipotecas a tipo variable. La banca sabe que el perfil de cliente en España es muy cortoplacista, en todos los sentidos y en general por supuesto. Y en la publicidad ya se empiezan a ver carteles que dicen, “¿Por qué pagar un 2,5% fijo cuando puedes pagar un 0,89%+Euribor?”.
El sector lo sabe y es consciente que la vida media de un préstamo hipotecario supera los 20 años y no le importa repercutir el riesgo de tipo de interés al cliente, por ello ofrecen tipos variables tremendamente bajos a sabiendas de que en cuanto el Euribor se recupere la espera habrá dado sus frutos. Mientras que el cliente no tiene la percepción de ese riesgo y no mira más allá de lo que va a pagar el mes que viene, en cuanto los tipos suban, empezarán a llegar los miedos. Sin embargo, un perfil medio de familia con ingresos estables y conocimientos básicos sobre finanzas tiene claro que la estabilidad es prioritaria y prefiere pagar más ahora a sabiendas de que en muy pocos años estará pagando menos que su vecino, que tiene contratado un tipo variable.
En este marco, la reforma de la ley hipotecaria, pendiente de aprobar debido al cambio de Gobierno, ofrecerá la posibilidad al hipotecado de cambiar el interés variable a fijo sin comisiones ni penalizaciones una vez que hayan transcurrido al menos tres años del contrato, sin embargo esta ley llegará tarde, ya que para cuando suba el Euribor, el interés fijo no será tan atractivo como lo es ahora. Y una vez que hayan pasado cinco años, el cliente podrá traspasar su hipoteca a otra entidad que ofrezca mejores condiciones, lo que generará una guerra comercial de productos hipotecarios y favorecerá una mejora en los tipos y condiciones en el mercado.
Darío García, analista de XTB