Los conductores de Cabify: «Estamos sufriendo terrorismo emocional»

Insultos, violencia y hasta disparos. Esta es la situación que sufren los conductores de Cabify y Uber en Barcelona, desde el inicio de la huelga indefinida de taxistas. «Estamos sufriendo terrorismo emocional de gente enferma», relata uno de los afectados con una licencia VTC. La situación es insostenible y algunos agredidos hablan de «permisividad policial».

Mientras en el Ministerio de Fomento se dirime el futuro de taxi, en la calle se vive una auténtica guerra, sobre todo en la Ciudad Condal. Allí es donde ha surgido el germen de toda esta insurrección de los taxistas. De momento, han conseguido bloquear la Gran Vía y que los compañeros del resto de España se unan a su causa. De hecho, los taxistas de Madrid han hecho lo propio en el Paseo de la Castellana. Todos estos movimientos -más allá del estorbo para el ciudadanos- son totalmente pacíficos. Pero hay otros muchos capítulos que están repletos de violencia y amenazas.

«Estaba abrochando a un niño la sillita del bebé cuando un encapuchado tiró de mi y me agredió», relata un conductor de Cabify de Barcelona. Las imágenes fueron grabadas por un compañero desde la otra acera -las directrices son operar de dos en dos para obtener una mayor seguridad- y se puede observar como el empleado con licencia VTC es amenazado y zarandeado por un individuo vestido de negro y con la cara tapada.

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Esta desagradable situación se produjo con un niño de por medio, hijo de unos turistas extranjeros que no daban crédito a lo que estaban viendo. «Han perdido el respeto por todo y por todos», afirma el conductor. «Esta gente son terroristas, los mismo que van a los campos de fútbol», prosigue.

Lo cierto es que este episodio de violencia no es un caso aislado. De hecho, este mismo afectado afirma que existe un compañero al que le han disparado con un arma de fuego a su vehículo. «Ha puesto una denuncia por el disparo», explica asustado ante el cariz que ha tomado la disputa. En este sentido, algunos afectados creen que existe demasiada «permisividad policial» con los taxistas.

Para evitar confrontaciones Cabify y Uber han suspendido sus servicios en algunos tramos horarios de esta huelga. También ha ordenado operar a los conductores de dos en dos para mayor seguridad. Pero lo cierto es que estas medidas no pueden continuar en el tiempo porque la empresa también pierde dinero con ellas. «Las pérdidas son millonarias… Y cuando el empresario no gana dinero, ¿qué sucede? Que hay despidos y yo pierdo mi puesto de trabajo«, afirma el conductor de Cabify agredido.