En menos de una semana, Naturgy, hasta hace apenas un puñado de horas Gas Natural Fenosa, ha pegado varios viajes informativos en el sector energético. Primero ha sido dicho cambio de denominación social que, de forma soterrada, trae nuevas líneas de actuación. En segundo lugar, y tras la presentación de su nuevo Plan Estratégico, pone en duda -o aclara- el valor de las centrales eléctricas más antiguas.
Lo único evidente es que el nuevo presidente de la compañía, Francisco Reynés, está acaparando los focos y las portadas en sus primeras grandes intervenciones públicas. Tras una junta de accionistas celebrada este miércoles donde el cambio de imagen fue la gran sorpresas (ya anunciada hace tiempo), un día después tocaba presentación del Plan Estratégico ante analistas. Y tampoco ha dejado indiferente a nadie.
Naturgy ha explicado que, en sintonía con el nuevo entorno macroeconómico, las perspectivas de los principales indicadores del sector energético y las hipótesis contempladas en el plan aprobado el Consejo de Administración, se ha revisado el valor de sus activos, lo que se traduce en un ajuste por 4.900 millones de euros antes de impuestos, de aplicación en el primer semestre del 2018.
Este ajuste de valor, que se concentra mayoritariamente en los activos de generación eléctrica convencional en España, no tiene impacto alguno en la remuneración al accionista del período, y a partir de 2019 tendrá un efecto positivo en los resultados del grupo.
Básicamente lo que viene a decir es que muchas de sus centrales, sobre todo de carbón y nuclear, no tendrán el impacto económico suficiente para ser rentables los próximos años. Por eso, Naturgy ha querido llevarse el palo contable este ejercicio, la compañía ha señalado que esto le arrastrará a números rojos, pero en siguientes años estar adaptados a las necesidades del mercado en materia de generación eléctricas.
De hecho, en la primera página de su Plan Estratégico constatan el desarrollo que tendrán las energías renovables, así como el gran aumento de electrificación que se dará lugar a nivel mundial. Ambas situaciones le llevan a tomar esta decisión, el mercado dictará si arriesgada o no, pero que se alinea con las necesidades de la sociedad.
NATURGY AGITA SU DIVIDENDO
Naturgy prevé repartir unos 6.900 millones de euros en dividendos entre sus accionistas en el periodo 2018-2022, con un incremento del 30% en la retribución a partir de este ejercicio. Asimismo, la compañía dispondrá de otros 2.000 millones de euros para el total del periodo, a unos 400 millones de euros anuales, en forma de recompra y amortización de acciones (buy-back) en caso de que no se concrete ninguna operación de crecimiento inorgánico, es decir, ninguna adquisición o fusión.
En concreto, la energética abonará este año un dividendo de 1,3 euros por acción este 2018, con un incremento del 30% respecto al euro pagado con cargo a 2017, para posteriormente tomar una senda de un crecimiento de hasta un mínimo del 5% anual, para situar esa retribución a los accionistas en los 1,59 euros en 2022.
El abono del dividendo, en metálico, por parte de la compañía se ejecutará en tres pagos: al finalizar el primer semestre (20%), al cierre del tercer trimestre (35%) y una vez celebrada la junta general de accionistas (45% restante). De esta manera, Naturgy garantiza un mínimo de más de 4.450 millones de euros en dividendos a lo largo los próximos cinco años para sus tres principales accionistas -Criteria Caixa (24,4%), CVC y Alba (20,1%) y GIP (20%)-.