Kuwait, el segundo país árabe más rico se propone no depender del petróleo

El hijo mayor del soberano de Kuwait declaró que el país miembro de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) está revisando los planes para transformarse en un centro regional de negocios en un momento en que las autoridades se proponen superar viejos obstáculos con el fin de sumarse a las naciones vecinas que se esfuerzan por reformar sus economías dependientes del petróleo.

El jeque Nasser Sabah Al-Ahmad Al-Sabah declaró en una entrevista que el objetivo se centrará en las regiones del norte, donde los desarrollos podrían ser útiles para su vecino Irak en su intento de recuperarse del conflicto, e inclusive para Irán. Entre las propuestas figuran una nueva ciudad, una bolsa internacional, hoteles y centros de turismo y una nueva refinería.

Durante más de un decenio, los intentos de Kuwait de renovar su economía no pasaron de ser un proyecto en medio de la oposición política local. Al igual que otras economías regionales, recortó subsidios y planea introducir impuestos para cubrir un déficit fiscal consecuencia de los precios más bajos del petróleo. Pero tal como ocurre en Arabia Saudita, donde el príncipe heredero de 32 años lidera una campaña para alejar al reino de su dependencia del crudo, hay un reconocimiento de que, a largo plazo, eso no bastará.

“Antes no teníamos una visión. La idea era cambiar” por el cambio mismo, declaró el martes el jeque Nasser en Bloomberg TV en su primera entrevista con una organización internacional de noticias desde que fue designado primer viceprimer ministro y ministro de Defensa en diciembre. “Ahora estamos cambiando por una razón”.

Más lentos que los sauditas

El jeque Nasser aparece en este momento como uno de los actores más poderosos en Kuwait, que alberga uno de los fondos de patrimonio soberano más grandes del mundo. Después de haber presidido durante años la corte de su padre, fue ascendido al puesto más alto en el gabinete después del premier. Como responsable del consejo supremo en el área de planificación y desarrollo, también encabeza los planes destinados a reformar la economía.

Para este año está previsto concluir nuevas normas de inversión y otras regulaciones, señaló Nasser, de 69 años. Las reformas podrían, no obstante, llevar más tiempo que en monarquías absolutas como Arabia Saudita porque en Kuwait el gobierno debe trabajar “con una constitución y un parlamento”, declaró.

Kuwait, considerado con frecuencia como el más democrático de los seis estados del Golfo, puede dar fe de las relaciones tumultuosas entre el parlamento electo y el gobierno designado por el emir hereditario del país. Hubo siete gobiernos en igual número de años y el parlamento se disolvió en numerosas oportunidades.

Mantiene lazos más estrechos con el poder chiita de Irán que muchos de sus vecinos del Golfo Árabe y ha intentado actuar como mediador para resolver el impase que ya lleva nueve meses con Catar.

El producto interno bruto per cápita de Kuwait, ajustado por tipos de cambio, alcanzó casi 70.000 dólares en 2017, lo cual convierte al país en uno de los 10 más ricos, superado sólo por Catar en el mundo árabe, según estimaciones del Fondo Monetario Internacional.

Fiona MacDonald, Mohammed Aly Sergie y Yousef Gamal El-Din para Bloomberg