La manipulación cambiaria le costó a Credit Suisse 135 millones de dólares

Greg Farrel para Bloomberg

Credit Suisse pagará 135 millones de dólares (115 ,73 millones de euros) para solventar las acusaciones de manipulación de divisas hechas por el regulador bancario de Nueva York. Este es el último eco del prolongado escrutinio de las autoridades sobre el comercio de divisas en los grandes bancos.

Los operadores de la entidad financiera, impulsados por los ejecutivos en algunos casos, compartieron información sobre las ordenes de divisas de los clientes, conversaron con los colegas de otras entidades y -en algunas instancias- hicieron pedidos anticipados de clientes, en un esfuerzo por aumentar los beneficios del banco. Este lunes, el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York (DSF, por sus siglas en inglés) anunció un acuerdo al respecto.

El banco también usó el software de su plataforma de comercio electrónico para cancelar los intercambios de los clientes que eran costosos para la entidad, según una orden de consentimiento que describe la conducta desde 2008 hasta 2015.

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En su momento, los operadores de Credit Suisse usaron salas de conversación electrónicas para hablar con un pequeño grupo de comerciantes que había sido acusado de manipular los precios de las divisas y se refería a sí mismo como “El Cartel”.

Acuerdo estadounidense

Tres de estos comerciantes, anteriormente de JPMorgan Chase, Barclays y Citigroup, esperan un juicio en Manhattan por acusaciones de que compartieron información e intentaron arreglar el precio de las divisas. El comercio con los miembros del Cartel también fue el centro del acuerdo de 2015 con el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, en el que seis bancos se declararon culpables y acordaron pagar 5.800 millones de dólares (4.972 millones de euros).

Como parte de su acuerdo, Credit Suisse contratará a un consultor externo para que revise sus prácticas. Tomará asumirá un cargo de impuestos de aproximadamente 135 millones de dólares (115,73 millones de euros) a partir del cuarto trimestre.

Credit Suisse contratará a un consultor externo para que revise sus prácticas

Aunque el banco firmó la orden de consentimiento, no admitió haber actuado mal. “Credit Suisss no admite ningún hallazgo de hechos y la resolución no implica ninguna violación basada en fraude”, aseveró la entidad en una declaración escrita, en la que también dijo que estaba contenta por dejar el asunto atrás.

Oferta de cerveza

Según el DFS, los operadores de Credit Suisse con frecuencia trataban de negociar ante cada gran transacción de divisas, en una práctica conocida como front-running. Cuando SABMiller Holdings anunció una subaste para adquirir Foster’s Group en 2011, los operadores de Credit Suisse se comunicaron con otros colegas, influyendo a un miembros del Cartel, para discutir las maneras de negociar antes del acuerdo, lo que probablemente requeriría conversiones de libras esterlinas y dólares australianos, según el regulador.

Los operadores de Credit Suisse también compartieron información confidencial sobre órdenes de divisas colocadas por un cliente de otro banco al que se referían como “Satanás”. Al compartir sus órdenes, ayudaron a los operadores cambiarios a maximizar sus ganancias.

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Otro esquema fue descrito como “construcción de munición”, lo que significaba que los operadores de Credit Suisse y de otros bancos acordaron designar a alguien de confianza para manejar todas las operaciones de cambio de divisas en torno a un marco manejable. De esta manera, el operador designado podría ejercer un poder de mercado y cambiar ciertos precios de divisas hacia una dirección particular.

El front-running fue discutido entre los operadores en la plataforma electrónica del banco, conocida como eFX. “Ciertamente los ejecutivos de la unidad de cambio de divisas de Credit Suisse fomentaron deliberadamente una cultura corrupta que no implementó controles efectivos en su negocio de intercambio de divisas”, comunicó en una declaración María Vullo, superintendente del DFS.

Última vista

La orden de consentimiento también describe cómo la entidad usó la función de “última vista” de su plataforma de cambios para abortar los intercambios de clientes regulares, cuando estos podían ir contra sus intereses. Esta es una característica que permite a los bancos retirarse de las transacciones como una defensa contra sofisticados especuladores de divisas. Cuando estas operaciones eran rechazadas por la entidad, a los clientes únicamente se les comunicaba que había “ocurrido un error” y que por favor contactaran a Credit Suisse.

“Los ejecutivos de Credit Suisse fomentaron deliberadamente una cultura corrupta»

No estaba claro si el consultor que revisará las prácticas cambiarias del banco ya había sido designado, pues la entidad ya tiene un monitor externo, Neil Barofsky de Jenner & Block, nombrado en el año 2014 por el predecesor de Vullo, Benjamón Lawsky, después de que el banco admitió haber ayudado a los estadounidenses a evadir impuestos.

A inicios de este año, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos nombró a Barofsky para servir como monitor para su acuerdo con Credit Suisse sobre la venta de títulos respaldados por hipotecas residenciales por parte del banco.