Santander: La compra de Popular que recuerda (o no) a la de Banesto

El miércoles, a primera hora del día, se hizo pública la compra del Banco Popular por parte de Banco Santander por un euro y ante el riesgo de colapso de la entidad. Una decisión, motivada por la falta de liquidez de la entidad, que obliga al Santander a realizar una ampliación de capital de 7.000 millones de euros ya que, aunque haya pagado el precio simbólico de un euro, deberá cubrir el capital y las provisiones requeridas para reforzar el balance del Popular.

Un movimiento corporativo que recordará, a más de uno, al realizado con Banesto. Una operación a la que debemos de remontarnos muchos años atrás y en concreto a 1994, cuando el Santander fue el ganador de la subasta de adjudicación del paquete de control de Banesto (el 73,45% del capital). Un banco que había sido intervenido debido a los problemas de morosidad y la falta de capital, por lo que el Banco de España acabo destituyendo a todo el consejo de administración y más tarde, se comprobaría que fue una trama de corrupción empresarial que terminó con la condena judicial de los responsables del banco (su presidente era Mario Conde) y que fue conocido como “Caso Banesto”. Un caso bastante conocido puesto que estaba entre las cinco grandes entidades de España y contaba con más de siete millones de clientes.

Una operación, que a un bajo coste, permitió a la entidad auparse al liderazgo de la banca española puesto que desembolsó 280.927 millones de pesetas, es decir, 1.688 millones de euros. Más tarde, en 1998, lanzaría una OPA sobre el 100% del capital social de Banesto y se haría con el 97,5% del total de acciones pero no la integraría dentro del grupo sino que seguiría funcionando de manera independiente.

La compra de banesto no fue a un precio simbólico

Más tarde, al final del 2012, daría el último golpe en la mesa al absorber (de manera definitiva) Banesto tras mantenerse independiente dentro del organigrama desde que acudiera a la subasta. Una gran jugada puesto que la adquirieron bastante por debajo de su valor contable (al 50% de los fondos propios) y permitía crear un fondo de comercio negativo por lo que la operación tenía un impacto positivo sobre fondos propios. Una fusión que el banco destacó en su momento ya que, según señalaba la nota de prensa del banco “la fusión producirá un ahorro de costes del 10%, lo que supone 420 millones al tercer año. Adicionalmente, se espera un aumento de los ingresos de 100 millones. Por tanto, las sinergias totales ascenderán a 520 millones brutos anuales a partir del tercer año. La fusión agrega valor desde el primer momento y mejorará el beneficio por acción en un 3% al tercer año».

Un largo trabajo por parte de Santander en Banesto que fue todo un éxito. La compra fue poco a poco transformando el principal área de negocio, sobre todo en los últimos años, pasando de ser un banco centrado en pymes a segmentos más amplios como los comercios, autónomos y grandes empresas y que según aseguró Ana Patricia Botín (presidenta de Banesto por aquel entonces) quería “convertirse en el banco de referencia de todas las empresas”.

Una operación, la de la compra de Banesto, que su antiguo presidente ya fallecido (Emilio Botín) había señalado en más de una ocasión como la mejor o una de las mejores compras que había podido hacer en toda su carrera como banquero. Por tanto, ahora será su hija Ana Patricia Botín la que deba dar valor a la compra de Popular y emule el mismo acierto que su padre.

Emilio Botín destacó la compra de banesto como una de las mejores que hizo en su carrera como banquero

Juan Fernando Robles, profesor de finanzas y banca en la Universidad Complutense, ha destacado que “la capacidad de Santander y la buena gestión está acreditada por lo que pueden sacarle provecho, manejar adecuadamente el balance y limpiar lo que no les guste”.

Una operación que puede tener cierto sentido debido a una de las fortalezas de Popular: Su posición en el segmento de pymes en España (el 99% de las empresas en España son pymes) donde es líder y cuenta con una cuota de mercado del 17,7% al cierre de 2016. Un aspecto que destaca como muy positivo Juan Pablo Calzada, asesor financiero, puesto que “le permite entrar en el segmento de pymes, liquidar a un competidor y ganar fondo de comercio con la unión” y no cree que sea una mala operación “al blindarse frente a un inversor extranjero y es una operación a la que Santander sacará rendimiento”.  Además, desde Orey Financial destacan “que uno de los puntos fuertes es el hecho de que Santander se queda con la relevante posición que tiene Popular en el segmento de pequeñas y medianas empresas español y que le convierte en líder del negocio bancario español”.

Un tono algo más positivo que el de Miguel Córdoba, profesor de economía financiera de la Universidad CEU-San Pablo, que ha señalado que “la operación recuerda a la de Banesto pero este no estaba tan mal y ya en su momento se llegó a pagar una importante suma de dinero. Además, la inclusión del Popular sería mucho más fácil y en un año podría dar tiempo ya que lo único problemático serían los activos tóxicos que podría venderlo a algún fondo buitre” y hace especial énfasis en que “Popular no tenía un personal adecuado y la plantilla era ‘low cost’ por lo que la entrada del Santander, con un buen equipo detrás, podría hacer funcionar un banco”.

La inclusión del popular podría realizarse en un año

Aun así, hay que destacar una importante diferencia entre la integración de Banesto y la de Popular ya que desde Orey Financial señalan que “esta operación nos recuerda a la de Banesto en cuanto a que va a ser absorción total. Banco Popular va a acabar integrado en la organización del Santander, aunque sus accionistas no recuperarán su dinero. Sin embargo, en aquel entonces Santander ofreció un canje de títulos, mientras que ahora los accionistas perderán su dinero porque se ha traspasado todo el capital por un euro”

Esta operación también se puede ver desde un prisma menos enfocado a las compañías sino al sector puesto que no sólo Juan Fernando Robles señala que “da muestra de solidez y fuerza para el sistema financiero español” sino que desde la propia competencia, como es el caso de BBVA, han destacado como “una muy buena noticia para el sector dicha operación puesto que aporta estabilidad tanto al sistema financiero español como al europeo”, según recoge Europa Press de fuentes del mercado.