Estamos a punto de llegar a Navidad, esa época del año en la que a todos nos entra una época consumista en la que tenemos -necesariamente- que consumir. Compra de regalos, de comida… Pero también de Lotería. Es una carrera por comprar un décimo tras otro, aunque sabes que las posibilidades de que te toquen son mínimas.
Además, todos los años te dices lo mismo: «con el dineral que me gasté el año pasado, este no compro ni un décimo». Sin embargo, queremos darte algunas razones para que te líes la manta a la cabeza (aunque siempre con moderación).
5Es una tradición

No cabe duda de que la Lotería de Navidad es algo que está arraigado en la costumbre de los españoles. No jugar es como pensar que no vamos a ser capaces de cenar con la familia, de poner el árbol o de ir a Cortylandia (los que vayan). Esto es igual, no se plantea la opción de no hacerlo, porque es algo que se ha transmitido de abuelos a padres y nietos.