Más de 13 millones de puestos de trabajo en peligro por el nuevo acuerdo de la UE

La Unión Europea (UE) lo ha vuelto a hacer. Los 28 estados miembros han firmado un acuerdo para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de los vehículos sin tener en cuenta la opinión de los fabricantes. Pero las reacciones no han tardado en llegar. La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ha calificado estos objetivos de “irreales”. Además, ha asegurado que tendrán un impacto “sísmico” en los más de 13 millones de puestos de trabajo que emplea la automoción en la UE.

Era de esperar. Europa exige y las empresas tienen que adaptarse. Eso siempre es así. Pero a veces es muy complicado que todo lo pactado llegue a materializarse. La UE ha acordado una reducción del 37,5% de las emisiones de CO2 de los turismos y un 31% de las furgonetas para 2030. Siempre en comparación con 2021. Unos objetivos “extremadamente ambiciosos” para los fabricantes.

Además, representantes del Parlamento Europeo y de la Comisión han pactado un objetivo intermedio de reducción de emisiones del 15% para 2025, indiferentemente sea un coche o una furgoneta. Por ello, la industria ha mostrado su rechazo, ya que opina que estos objetivos están impulsados únicamente por motivos políticos, “sin tener en cuenta las realidades tecnológicas y socioeconómicas”.

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“Los miembros de la ACEA están comprometidos, por supuesto, con reducir aún más las emisiones de CO2 de sus vehículos. Pero estos objetivos serán extremadamente exigentes para la industria automovilística de la UE. De hecho, los vehículos eléctricos necesitarán una mayor aceptación en el mercado, así como otros modelos de propulsión alternativa”, ha señalado el secretario general de ACEA, Erik Jonnaert.

Porque uno de los principales problemas para conseguir estas exigencias de la UE son los consumidores. A pesar de que las compañías están invirtiendo grandes cantidades de dinero en el desarrollo de automóviles eléctricos, aún hay dificultades que frenan la aceptación generalizada de los consumidores. Uno de los principales problemas de la movilidad alternativa es su precio. Los modelos todavía siguen siendo más caros que su alternativa con motor de combustión. Asimismo, la falta de puntos de recarga es otro de los grandes hándicaps de estos coches.

“Todos nuestros miembros continúan invirtiendo en sus carteras de automóviles y furgonetas con motores alternativos, pero aún existen varios obstáculos que frenan la aceptación generalizada de los consumidores, como la asequibilidad y la falta de una red de recarga suficiente”, ha añadido Jonnaert.

MILLONES DE PUESTOS DE TRABAJO EN JUEGO

Pero la magnitud del problema reside en la cantidad de puestos de trabajo que supone la automoción en Europa. Este nuevo plan tendrá un impacto “sísmico” en el empleo en toda la cadena de valor automovilística. Según datos de la ACEA, el sector supone cerca de 13,3 millones de trabajadores.

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En este sentido, para mitigar el impacto negativo de estos cambios estructuras, los responsables políticos deben “actuar con rapidez”, presentando planes concretos para gestionar esta transición de empleo y habilidades de una manera adecuada y socialmente aceptable. Cabe destacar que el acuerdo de hoy todavía tiene que ser aprobado por el Consejo y votado en el Parlamento Europeo.

Por esto, los fabricantes han hecho un llamamiento a los 28 estados miembros, así como a la Comisión Europea, para garantizar que se cumplan todas las condiciones propicias. Piden más inversiones en infraestructura para poder hacer viable esta deducción “agresiva” de las emisiones de CO2.