La pandemia de COVID-19 ha transformado no solo nuestra forma de vivir, sino también la manera en que interactuamos con la tecnología y las redes sociales. Una de las plataformas que ha visto un crecimiento exponencial en popularidad es TikTok, donde las tendencias van y vienen rápidamente. Una de estas tendencias, conocida como ‘fridgescaping’, se ha convertido en un fenómeno viral asociado a la exitosa serie de Netflix Bridgerton. Sin embargo, esta moda aparentemente inofensiva ha suscitado alarmas sanitarias en España, debido a los riesgos asociados con la proliferación de baterías de luces LED y la contaminación de los alimentos.
¿QUÉ ES EL ‘FRIDGESCAPING’?

El ‘fridgescaping’ consiste en decorar el interior de las neveras con elementos estéticos, como luces LED, flores artificiales y otros objetos decorativos que transforman este espacio funcional en un lugar visualmente atractivo. Esta práctica ha tomado impulso gracias a la influencia de la serie «Bridgerton», que se caracteriza por su estética lujosa y su enfoque en la decoración. Las redes sociales han fomentado la creatividad de los usuarios, que comparten sus propias versiones de neveras decoradas con una variedad de objetos, desde plantas hasta utensilios de cocina.
Sin embargo, esta tendencia no se limita a un simple embellecimiento; los creadores de contenido presionan por un enfoque más dramático y elaborado, donde la estética a menudo supera la funcionalidad. El problema resulta claro cuando consideramos los elementos utilizados para el ‘fridgescaping’, muchos de los cuales son inapropiados para un espacio que debe ser higiénico y seguro para conservar alimentos.
EL ‘FRIDGESCAPING’ CONLLEVA A LA PROLIFERACIÓN DE BACTERÍAS

Una de las características más comunes del ‘fridgescaping’ es la adición de luces LED alimentadas por baterías. Si bien estas luces pueden crear un ambiente visualmente atractivo y moderno, su presencia dentro de una nevera puede ser considerablemente riesgosa e incluso problemática. Sobre todo, adoptar estos dispositivos sin una planificación adecuada y cuidadosa puede resultar en el deterioro de los alimentos, al provocar variaciones de temperatura y condiciones poco adecuadas para la conservación de los productos.
Además, la exposición de las baterías a la humedad o fugas en el interior de la nevera puede generar riesgos significativos de contaminación de los alimentos almacenados. Las baterías pueden contener materiales tóxicos, como mercurio y plomo, que pueden filtrarse o evaporarse, contaminando los productos alimentarios y, por ende, representando un riesgo serio para la salud del consumidor. Esto plantea preguntas esenciales sobre la seguridad de tales prácticas y la responsabilidad de los inversores de estos accesorios decorativos y funcionales.
CONTAMINACIÓN DE LA COMIDA: UN RIESGO INMINENTE

Desde un punto de vista sanitario, la contaminación de los alimentos es un aspecto que no se puede pasar por alto y que merece atención. Al introducir elementos decorativos, como flores artificiales, que pueden no estar diseñados con materiales seguros para uso alimentario, se corre el riesgo de que partículas y químicos dañinos entren en contacto directo con los alimentos. Muchos de estos objetos decorativos pueden estar fabricados con sustancias que, al descomponerse o al entrar en contacto con la humedad, pueden liberar toxinas que son perjudiciales para la salud.
Además, existe la grave preocupación sobre la proliferación de bacterias en estos adornos. Las flores y otros elementos decorativos pueden acumular suciedad, polvo y humedad, creando un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano. Este tipo de contaminación se puede transferir fácilmente a los alimentos, resultando en intoxicaciones alimentarias, que son una de las principales preocupaciones de salud pública en la comunidad sanitaria.
AGUA DE LAS FLORES: UN FOCO DE BACTERIAS

El uso de agua para mantener la frescura de flores artificiales dentro de la nevera es otra práctica común en el ‘fridgescaping’. Sin embargo, esta noción aparentemente creativa conlleva un alto riesgo sanitario. El agua estancada que se utiliza para estas flores puede convertirse en un criadero de bacterias como la Legionella, que se puede encontrar en ambientes húmedos. Esta bactería es conocida por causar enfermedad, especialmente en personas con sistemas inmunológicos comprometidos.
Incluso si las flores son de un material sintético y no se descomponen, el hecho de que se utilice agua para mantenerlas puede poner en riesgo cualquier alimento almacenado en la nevera. La exposición prolongada de los alimentos a este ambiente húmedo y potencialmente contaminado puede ser perjudicial, haciendo que los hábitos de ‘fridgescaping’ sean cuestionables no solo en términos estéticos sino también en funcionalidad.
¿DEBERÍAN EXISTIR LÍMITES EN LA DECORACIÓN DE LA NEVERA?

Entonces, surge la pregunta: ¿hasta dónde deberíamos permitir que la decoración entre en espacios que son, ante todo, funcionales? Si bien la creatividad y la personalización de los espacios son valores positivos, no debería comprometerse la salud. La tendencia del ‘fridgescaping’ puede ser atractiva en teoría, pero debe ser llevada a cabo con extrema precaución.
Es aconsejable que las personas tengan presente la función primordial de la nevera: conservar alimentos y mantener un ambiente higiénico y seguro. Evitar introducir cualquier elemento que no sea esencial para la refrigeración de los alimentos debe ser una prioridad. De esta manera, se puede disfrutar de la creatividad sin comprometer la salud y el bienestar. No todo artefacto decorativo debería ser admitido en un entorno que tiene un impacto directo en nuestra salud.
El ‘fridgescaping’ es un claro ejemplo de cómo las tendencias digitales pueden influir en nuestro día a día, a menudo sin una consideración suficiente de los riesgos que implican. Aunque es natural querer embellecer espacios en nuestros hogares, debemos recordar que ciertos entornos, como la nevera, deben priorizar la salud y la seguridad por encima de la apariencia. La proliferación de baterías, la contaminación de alimentos y el uso indiscriminado de elementos decorativos son factores que pueden llevar a consecuencias serias para la salud.







































































































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