Tribuna de Camille Vial, Managing Partner de Mirabaud Group, sobre el reto de encontrar el equilibrio entre digitalización y personalización en la gestión de patrimonios.
En un mundo donde la digitalización está transformando todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, el sector de la gestión de patrimonios se enfrenta a un doble reto: integrar nuevas tecnologías mientras se preserva la esencia de un servicio personalizado. Aunque la tecnología ofrece oportunidades sin precedentes en términos de automatización, acceso a la información y fluidez transaccional, no puede reemplazar la relación de confianza que une a un cliente con su gestor.
El verdadero reto para los bancos privados y gestores de patrimonios es, por lo tanto, aprovechar los avances tecnológicos sin perder de vista la importancia de las relaciones humanas y de conocer en profundidad las necesidades específicas de cada inversor.

La digitalización, un activo para una gestión personalizada
Lejos de ser una amenaza para la gestión de patrimonios, la digitalización es una palanca estratégica si se percibe como una herramienta complementaria diseñada para agilizar y enriquecer la experiencia del cliente. Sus ventajas incluyen:
- Acceso en tiempo real a las inversiones: las plataformas digitales permiten a los clientes monitorear sus activos, realizar transacciones bursátiles, analizar su rendimiento y consultar informes detallados en cualquier momento. Se estima que más de dos tercios de los inversores privados utilizan plataformas digitales para gestionar sus finanzas.
- Optimización de las transacciones: realizar una transferencia internacional, una transacción bursátil o un pago con código QR ahora es tan simple como hacer un clic. Esta tendencia se ha visto reforzada por la digitalización del sistema bancario suizo, donde más del 80% de las transacciones bancarias ahora se realizan en línea, según el Swiss Finance Institute (SFI).
- Mayor seguridad de los intercambios: las soluciones cifradas garantizan absoluta confidencialidad, un aspecto crucial en un país donde la protección de los datos bancarios sigue siendo una prioridad.
- Automatización inteligente: al reducir la carga administrativa de los gestores, les permite centrarse en su misión principal: asesorar y proporcionar apoyo estratégico a los clientes.
Además, la inteligencia artificial (IA) y el análisis de datos están transformando la manera en que los gestores de patrimonios anticipan las tendencias del mercado.
Los algoritmos avanzados permiten identificar oportunidades de inversión de manera más rápida y precisa.
En Suiza, la adopción de tecnologías de IA en el sector bancario está creciendo de manera significativa, a pesar del desafío que esto representa en términos de gestión de riesgos y cumplimiento normativo. De hecho, el número de bancos que implementan soluciones de IA se triplicó en 2024, según el Banking Barometer 2025 de EY.
El factor humano en el centro de la experiencia del cliente
Aunque las herramientas digitales mejoran la accesibilidad y la transparencia, no pueden reemplazar la intuición y la experiencia de un asesor experimentado. De hecho, comprender a fondo los intereses del cliente sigue siendo esencial, ya que un buen gestor no solo optimiza un portafolio, sino que tiene en cuenta los valores, las ambiciones y los retos patrimoniales de cada inversor.
Crear una relación cercana es fundamental, porque en tiempos de crisis o incertidumbre, los clientes buscan diálogo humano, consejos a medida y un apoyo tranquilizador. Según un estudio de 2024, el 75% de los inversores se dirigen a sus asesores financieros profesionales para tomar decisiones importantes.
Más que nunca, anticiparse y apoyar a las futuras generaciones ocupa un lugar central en la profesión bancaria. La transmisión intergeneracional, la educación financiera de las nuevas generaciones y las decisiones filantrópicas requieren un enfoque educativo personalizado.

Encontrar el equilibrio adecuado entre tradición y modernidad
La digitalización no es una moda pasajera; forma parte de una evolución estructural que afecta tanto a los nuevos activos (capital privado, criptomonedas, activos tokenizados) como a las expectativas de los inversores. La aparición de la tokenización, por ejemplo, proporciona acceso a clases de activos que anteriormente estaban reservadas a un círculo limitado de inversores, a la vez que ofrece mayor transparencia y mejor liquidez. Esta transformación del mercado financiero suizo refleja la necesidad de adoptar soluciones innovadoras sin perder de vista los fundamentos de la gestión patrimonial.
Según las últimas cifras publicadas por KPMG, los bancos privados suizos gestionan más de tres billones de francos suizos en activos bajo gestión, lo que subraya la importancia de contar con un enfoque de gestión centrado en la excelencia y la adaptabilidad.
Digitalización y excelencia, una sinergia imprescindible
Lejos de ser una transformación forzada, la digitalización representa una oportunidad única para enriquecer la experiencia del cliente y optimizar la gestión de activos.
La era del “phygital” ha llegado: una fusión inteligente entre lo humano y lo digital, donde la experiencia del cliente se vuelve más fluida, más ágil y cada vez más adaptada a las expectativas de los inversores, mientras se mantienen los fundamentos inalterables de confianza, experiencia y un excelente servicio personalizado. Con la rápida evolución de las expectativas de los clientes y las tecnologías, las instituciones financieras deben innovar continuamente para mantener su competitividad en el mercado internacional.