Siempre se ha hablado de las 7 maravillas del mundo antiguo. Y aunque hoy en día están casi todas destruidas, se sigue hablando de las grandes obras arquitectónicas que se hicieron hace tantos siglos.
Hoy en día, nuevas maravillas han llegado al mundo para que podamos admirarlas y contemplarlas por su majestuosidad. Algunos de esos monumentos tan curiosos se pueden encontrar en España.
Las 7 maravillas del Mundo Antiguo fueron un conjunto de obras arquitectónicas y escultóricas que los griegos consideraban dignas de ser visitadas. De algunas quedan aún ruinas, de otras se tienen evidencias en descripciones y planos, y de otras se duda hasta de su existencia.
Las 7 maravillas del mundo antiguo

A lo largo del tiempo, distintos autores confeccionaron diferentes listados, pero un pintor holandés del siglo XVI representó en 7 cuadros las 7 maravillas del mundo antiguo. De esta manera, esta lista de 7 maravillas del mundo quedó en el imaginario colectivo y se ha hablado mucho en literatura y se han representado de diferentes maneras artísticas a lo largo de los siglos.
Ordenadas de mayor a menor antigüedad, estas son las maravillas del mundo antiguo:
- La gran pirámide de Giza.
- Los jardines colgantes de Babilonia.
- El templo de Artemisa.
- La estatua de Zeus en Olimpia.
- El mausoleo de Halicarnaso.
- El coloso de Rodas.
- El faro de Alejandría.
Ojalá pudiéramos contemplar estas obras en todo su esplendor, pero hoy en día es imposible porque desaparecieron por completo.
Maravillas del mundo: La gran pirámide de Giza

La Gran Pirámide de Giza (también conocida como pirámide de Keops o de Khufu) es la más antigua de las 7 maravillas del mundo antiguo y la única que aún queda en pie. Poder contemplarla tras tantos siglos da fe de su majestuosidad y buena construcción.
Es la mayor de las pirámides de Egipto y la fecha estimada de terminación de su construcción es alrededor de 2570 a. C. Fue ordenada construir por el faraón Keops de la cuarta dinastía del Antiguo Egipto.
Fue el edificio más alto de la Tierra durante 3800 años, hasta que en el siglo XIV la Catedral de Lincoln, en Inglaterra, superó dicho récord.
Los jardines colgantes de Babilonia

Estos jardines se construyeron en el siglo VI a. C durante el reinado de Nabucodonosor II en la antigua ciudad de Babilonia, a orillas del río Éufrates (Mesopotamia). El agua para regar los jardines se traía desde el río y los jardines contenían palmeras y árboles frutales, como el dátil y los cocos.
Los jardines estaban junto al palacio del Rey, para que los viajeros los pudieran contemplar, ya que el acceso al pueblo estaba prohibido.
En la más alta de las terrazas se situaba un depósito de agua desde el cual corrían varios arroyos. En lugar de colgantes, los jardines se encontraban ubicados a modo de terrazas.
Maravillas del mundo: El templo de Artemisa

El Templo de Artemisa estaba ubicado en la ciudad de Éfeso, Turquía, dedicado a la diosa Artemisa, la diosa griega de la caza, los animales salvajes, el terreno virgen, los nacimientos, la virginidad y las doncellas.
Su construcción comenzó hacia el año 550 a. C. y duró unos 120 años. El templo se destruyó en un incendio intencionado en 356 a. C., y Alejandro Magno ordenó su reconstrucción.
De grandes dimensiones y una bella y delicada arquitectura, es considerada una de las 7 Maravillas del Mundo Antiguo. Incluso, Antípatro de Sidón la consideraba la obra más impresionante de la lista con diferencia. Es una pena que hoy en día no podamos contemplarlo en vivo, porque sin duda tiene mucho mérito construir algo así con los medios tan antiguos.
La estatua de Zeus en Olimpia

Fidias esculpió esta gran estatua hacia 430 a. C.. Estaba situada en el interior del templo dedicado al propio Zeus en la ciudad anfitriona de los famosos juegos.
Fue destruida y se perdió en el siglo V d. C., y solo se sabe de ella gracias a descripciones de historiadores antiguos y representaciones en monedas. Olimpia era una gran ciudad griega en aquella época.
Se estima que medía aproximadamente doce metros de alto. Zeus era de marfil, y los detalles dorados eran de oro macizo. Sin duda, hoy en día nos asombraría su belleza y majestuosidad como lo hacía entre el mundo antiguo. Además, se sabe que el dios griego estaba sentado en un trono con el torso desnudo y el manto en torno a las piernas.
El mausoleo de Halicarnaso

El Mausoleo de Halicarnaso o el Sepulcro de Mausoleion fue un monumento funerario suntuoso construido en torno a 350 a.C. en Halicarnaso (actualmente Bodrum, Turquía) para Mausolo, un gobernador del Imperio persa.
El mausoleo medía aproximadamente 134 metros de perímetro y 46 metros de altura. Además, cada una de las cuatro plantas estaba adornada con relieves escultóricos. La tumba era tan bella que se consideraba como una de las 7 maravillas del mundo antiguo, así que era digna de ser visitada en la época.
Su fama fue tal que la palabra mausoleo actualmente es utilizada para referirse a un monumento funerario y sepulcro.
Maravillas del mundo: El coloso de Rodas

Esta gran estatua fue forjada entre 294 a. C. y 282 a. C. y se encontraba en la isla griega de Rodas. Representaba al dios Helios, que en la mitología griega es la representación del sol.
La estatua medía unos 32 metros de altura, su base 15 metros y pesaba en torno a las 70 toneladas. Lo podemos comparar con la Estatua de la Libertad, que mide 33 metros y tiene una base de 48 metros. Sin embargo, esta se construyó 2000 años después.
El coloso de Rodas, realizado con placas de bronce sobre un armazón de hierro, se destruyó por un terremoto en 226 a. C. Aunque, generalmente, se le representa a la entrada del puerto de Rodas, arquitectónicamente es inviable que estuviera ahí situado, puesto que se habría hundido.
El Faro de Alejandría

Lo construyeron entre 285 a. C. y 247 a. C. en la isla de Pharos, a la entrada de Alejandría (Egipto), para guiar a los navíos que se dirigían a uno de los dos puertos situados en la ciudad. Hay que destacar que, en aquella época, era una ciudad de mucho tránsito marítimo y comercial por todo el mediterráneo.
El Faro fue un triunfo tecnológico que constituyó el arquetipo de todos los faros construidos desde entonces. Una amplia rampa en espiral llevaba a la cumbre, donde ardía un fuego por la noche para que los barcos encontraran su rumbo.
Con una altura estimada de 134 metros, fue una de las estructuras hechas por el hombre más altas durante muchos siglos. Pero no hemos podido contemplarlo en la época actual puesto que se destruyó por los efectos de un terremoto a principios del siglo XIV.
















