La relación profesional entre Joaquín Prat y Alejandra Rubio atraviesa uno de sus momentos más delicados desde que ambos comparten plató. Lo que parecía ser una colaboración basada en el respeto mutuo y la complicidad que genera el trabajo diario ha quedado tambaleante tras un episodio que ha puesto en evidencia la tensión latente entre ambos. Todo comenzó con la difusión de un vídeo en redes sociales protagonizado por Alejandra y su novio, Carlo Costanzia, a las puertas de una cárcel italiana. En las imágenes, la joven aparecía junto al actor mostrando su apoyo a los hermanos de este, Pietro y Rocco Costanzia, condenados a doce y ocho años de prisión respectivamente por un brutal intento de asesinato. El gesto, que fue interpretado por muchos como una falta de sensibilidad hacia la víctima y un intento de blanqueamiento, ha provocado un aluvión de críticas que se han colado inevitablemente en los contenidos de ‘Vamos a ver’.
La traición de Alejandra Rubio

La intervención de Alejandra Rubio en el programa para defender su presencia en ese polémico vídeo no tardó en levantar ampollas. Con su habitual estilo directo, la hija de Terelu Campos aseguró que respetaba la decisión de Carlo de publicar ese contenido y que entendía que él se manifestara en contra de una condena que considera injusta. “Ha sido su forma de hacerlo y me parece bien”, zanjó ante las preguntas de sus compañeros. Sin embargo, sus palabras no bastaron para calmar los ánimos en el plató. Lo que debía haber sido una breve explicación se convirtió en una acalorada discusión en directo. Varios colaboradores, visiblemente incómodos, cuestionaron no solo el mensaje que se había transmitido públicamente sino también el tono con el que Alejandra defendía su postura. A pesar de que intentó mantenerse firme, su actitud combativa no hizo más que alimentar la tensión, hasta el punto de que Joaquín Prat decidió intervenir de forma inesperadamente contundente.
El veterano presentador, visiblemente molesto, interrumpió el debate con una advertencia velada que no pasó desapercibida. “A ver si te ubicas”, soltó, dirigiéndose a Alejandra con un tono más duro de lo habitual. El comentario, lejos de ser una simple llamada de atención, sonó a ultimátum. Joaquín no solo evidenció que no estaba de acuerdo con la manera en que su compañera había afrontado el tema, sino que también cuestionó su actitud durante el programa. “No estás con el enemigo. Te hemos tratado siempre bien. A lo mejor deberías replantearte qué es lo que quieres hacer”, añadió, dejando claro que la paciencia tiene un límite incluso entre quienes comparten plató a diario. El mensaje final, tajante, parecía ir más allá del programa y sugería que Prat ha perdido parte de la confianza que había depositado en Alejandra como colaboradora habitual.
La disputa pública no terminó ahí. La tensión creció aún más cuando Adriana Dorronsoro lanzó una pregunta aparentemente inocente que volvió a encender el enfado de Alejandra. Al preguntarle si esa exposición pública podría haber generado alguna discusión con Carlo, la joven no dudó en saltar. “¿Perdón? Una discusión algo que yo he reposteado también. No hay ninguna discusión y no vayáis por ahí, de verdad”, replicó visiblemente irritada. A partir de ahí, el diálogo se volvió más tenso, con interrupciones y reproches cruzados. “Tú eres la que siempre dices que no te gusta que hablemos de tu vida”, insistió uno de sus compañeros. “Si quieres ir por ahí, yo te contesto muy claro”, devolvió Alejandra, reafirmando su postura pero sin convencer del todo a la audiencia ni a sus compañeros.
Joaquín Prat ha estallado

El momento ha generado un punto de inflexión que podría tener consecuencias para el futuro laboral de la hija de Terelu Campos. Joaquín Prat, que hasta ahora había ejercido un papel más bien protector hacia la joven, ha dejado ver su decepción y su hartazgo. El hecho de que decidiera posponer su valoración más contundente para el día siguiente confirma que el asunto no ha quedado cerrado y que sus palabras podrían escalar aún más la tensión. Algunos ya apuntan a que el gesto de Alejandra no solo ha molestado al presentador por su fondo, sino también por la forma en la que la colaboradora ha gestionado el debate dentro del programa, enfrentándose a sus compañeros como si fueran rivales y olvidando, quizás, que el periodismo de actualidad implica responder con transparencia a temas que uno mismo decide compartir en redes.
Con el revuelo aún reciente, muchos se preguntan si Joaquín Prat logrará reconducir la relación profesional con Alejandra o si esta crisis marcará el principio del fin de su colaboración. De momento, la joven no ha hecho declaraciones adicionales fuera del plató y sigue activa en redes sociales, como si nada hubiese pasado. La actitud defensiva que mostró en directo no ha hecho sino reforzar la sensación de que no está dispuesta a ceder un solo milímetro, lo que no ayuda a calmar el ambiente dentro del equipo. Por su parte, Prat se enfrenta ahora al dilema de reconducir una situación que amenaza con fracturar la dinámica del programa o tomar medidas más drásticas si considera que el conflicto compromete la armonía del espacio. Sea cual sea el desenlace, el encontronazo ha dejado claro que la confianza, una vez dañada, no siempre encuentra un camino fácil de regreso.










































































































