En apenas unos días, más de ocho millones de alumnos en España volverán a llenar las aulas. Para las familias, este regreso no solo implica rutinas y horarios, sino también un gasto considerable que se repite cada septiembre. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) las familias deben enfrentar la compra de libros, uniformes, mochilas, material escolar y, en muchos casos, dispositivos electrónicos.
De acuerdo con los últimos datos de la OCU, la cuesta de septiembre es cada vez más empinada: equipar a un niño para el nuevo curso puede superar fácilmente los 700 euros de media. Una cifra que obliga a muchas familias a planificar con detalle y a buscar alternativas para no resentir tanto la economía doméstica. En este artículo te contaremos cuales son los tips que brinda la organización para no sufrir el golpe económico que significa la vuelta a clases.
OCU: Una cuesta de septiembre que pesa cada vez más

La vuelta al cole no es solo un acontecimiento académico, también es un verdadero desafío financiero. Según la encuesta realizada el pasado curso 2024-25 por la OCU, las familias españolas destinaron más de 700 euros por hijo para cubrir todos los gastos del inicio escolar. El informe también subrayó una realidad preocupante: uno de cada tres hogares reconoce que septiembre es el mes en el que más dificultades encuentran para llegar a fin de mes.
El gasto se reparte en diferentes partidas. La más abultada suele ser la compra de libros de texto, que representa aproximadamente el 40% del presupuesto total. Le siguen el uniforme —en los colegios que lo requieren—, el material escolar básico, la ropa y el calzado deportivo. En los últimos años se suma un capítulo adicional: las tablets u ordenadores que muchos centros han incorporado a su metodología.
La OCU advierte que, aunque algunos colegios públicos cuentan con programas de préstamo o bancos de libros, la mayoría de familias sigue recurriendo a la compra nueva, lo que encarece notablemente el inicio del curso.
El peso de los uniformes y la presión de la moda

El uniforme escolar merece un capítulo aparte. No todos los colegios lo exigen, pero en aquellos donde sí es obligatorio, el gasto medio por niño se sitúa entre 150 y 250 euros solo para empezar. La cifra se dispara si se suman abrigos, zapatos o prendas deportivas específicas.
En este punto, la OCU recomienda a los padres revisar primero lo que ya tienen en casa. Muchas veces, una camisa o un pantalón de la temporada anterior pueden seguir siendo útiles. El consejo parece obvio, pero en la práctica, la presión social y la idea de estrenar hacen que se acaben comprando prendas que quizá no son imprescindibles.
Para las familias cuyos hijos no llevan uniforme, el reto es diferente. La moda infantil y juvenil impone tendencias que cambian cada temporada, lo que se traduce en un desembolso mayor. Aquí cobra sentido la recomendación de planificar con antelación y comprar solo lo realmente necesario, algo que la OCU insiste en recordar cada año.
Diez consejos prácticos para reducir gastos

Con la experiencia de cursos anteriores y los datos de la OCU, hay una serie de recomendaciones sencillas que pueden marcar una gran diferencia en la economía familiar. Estas son las más destacadas:
- Hacer una lista previa: Parece un gesto simple, pero ordenar las prioridades evita caer en compras impulsivas.
- Ir de compras sin los niños: La insistencia de los pequeños suele añadir al carrito productos que no estaban previstos.
- Comparar precios siempre: Internet facilita este hábito y permite ahorrar más de lo que imaginamos.
- Aprovechar las ofertas con criterio: Comprar un pack de diez cuadernos puede parecer un chollo, pero si solo necesitamos cinco, acabará siendo un gasto inútil.
- Reutilizar uniformes y ropa en buen estado: No todo tiene que ser nuevo cada curso.
- Fomentar el consumo colaborativo: Intercambiar libros o material escolar con otras familias es una práctica cada vez más extendida y respaldada por la OCU.
- Bibliotecas y compraventa de segunda mano: En el caso de las lecturas recomendadas, estas opciones pueden suponer un ahorro importante.
- Comparar dispositivos tecnológicos: Si el colegio requiere tablets u ordenadores, conviene revisar comparadores antes de comprar. La OCU recuerda que las diferencias de precio pueden llegar a varios cientos de euros.
- Revisar hábitos de alimentación: Preparar meriendas saludables y caseras no solo mejora la dieta, también reduce costes frente a los productos procesados.
- Planificar con tiempo: Adelantar algunas compras antes del mes de septiembre puede aliviar la presión económica.
Cada uno de estos consejos, aunque conocido por muchos, suele ser olvidado en el frenesí de la vuelta al cole. Recordarlos es una forma sencilla de evitar gastos innecesarios.
El auge del consumo colaborativo y la segunda mano

Una de las tendencias más interesantes de los últimos años es la del consumo colaborativo. Plataformas digitales y asociaciones vecinales promueven el intercambio de uniformes, mochilas o incluso libros de texto en buen estado. Esta práctica no solo permite ahorrar, sino que también fomenta valores de sostenibilidad y cooperación entre familias.
La OCU ha destacado en varios informes el impacto positivo de estas iniciativas. Según sus cálculos, el intercambio y la compra de segunda mano pueden reducir hasta un 40% el coste del inicio de curso. Además, en el caso de los libros de lectura recomendada, muchas bibliotecas públicas actualizan sus catálogos justo antes de septiembre, lo que representa otra oportunidad para evitar gastos extra.
No obstante, conviene estar atentos a la calidad del material adquirido. La OCU recomienda verificar que los libros no estén desactualizados y que los uniformes o mochilas no presenten defectos que comprometan su uso durante el año.
La tecnología, entre la innovación y el gasto

Cada vez más colegios están incorporando dispositivos electrónicos en sus programas educativos. Tablets, ordenadores portátiles y plataformas digitales son parte de la rutina de muchos alumnos, lo que genera un ahorro en papel, pero también una inversión inicial elevada.
Aquí, de nuevo, el papel de la OCU resulta clave. Su comparador de precios y guías de compra se han convertido en herramientas útiles para las familias. Una tablet puede costar entre 200 y 600 euros dependiendo del modelo, y la diferencia no siempre se traduce en mejor calidad educativa.












































































