OHL se enfrenta a su año más crítico tras un lustro horrible

OHL encadena un lustro aterrador de consecuencias funestas. Decir que su negocio no marcha bien, siendo benévolos, no es descubrir la piedra filosofal. Tampoco es fruto de ahora, sino de una serie de actuaciones erróneas que han hecho bueno el refrán de que ‘de aquellos polvos, estos lodos’.

De los días de vino y rosas, OHL ha pasado a juguetear con los infiernos. Vender, vender y vender se ha convertido en su particular mantra. Al igual que intentar quitarse de encima cuantas más cargas posibles, mejor. Y 2019 será fundamental en su devenir.

Para cambiar la dinámica del último lustro, el Plan 2018-2020 prevé reducir los costes de estructura a la mitad, de 240 a 130 millones. Una OHL más pequeña pero más rentable. Así lo definen. El ERE, finalmente afectando a 140 personas (el año anterior fueron más de 450), ayudará como el cierre de negocios como el de la construcción industrial y la clausura de oficinas en países que abandonará.

La clave para salir adelante estará en la capacidad de generar el mismo volumen de ingresos una vez reducido su campo de acción

¿Dónde estará la clave? En si será capaz de generar el mismo volumen de ingresos y trabajo una vez que su punto de mira sólo se centrará en Estados Unidos, América Latina y Europa. Zonas donde el riesgo cambiario seguirá presente. Las desinversiones, una vez más, serán su comodín.

La futura posible venta de Canalejas (que prevé abrir este 2019), y del Old War Office, en Londres, tienen visos de ser fuentes adicionales de ingresos. Lo que no está tan claro es que consiga obtener ingresos del Estado una vez que la Comunidad de Madrid le reclamará una indemnización por la paralización de la línea de Cercanías entre Móstoles y Navalcarnero.

El ‘MILAGRO’ DE OHL

Los malos resultados cosechados durante 2016 y 2017, salvo milagro, se repetirán en OHL en 2018, a pesar de la venta de la ‘joya de la corona’ por 2.158 millones: Concesiones. De hecho, hace un año este segmento supuso un +11% en ventas y más del 43% de ebitda.

Su apuesta es Construcción. Por tanto, nada contra corriente, ya que sus competidores optaron por el camino contrario. En este apartado, OHL ha desinflado sus ingresos un 22% entre 2012 y 2018. Curioso que, de enero a septiembre de 2018, su cifra de negocio menguara un 14%, para situarse en 2.048 millones, por “la menor actividad constructora”.

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En esos nueve meses, OHL ha perdido 1.335 millones de euros. Un resultado afectado “por importantes operaciones y efectos no recurrentes”, según la compañía. Hecho el ajuste, las pérdidas serían de 526 millones de euros. Los ingresos cayeron más de un 14% hasta 2.048,7 millones de euros. Moody’s rebajó la calificación crediticia a OHL a bono basura. La agencia, a la hora de rebajar su nota, tuvo más en cuenta la reducción de su liquidez (de 617 a 345 millones de junio a septiembre) que la venta de la división Concesiones que mejoró “fuertemente” su situación financiera.

A ello ha contribuido la veintena de obras fallidas del grupo, los denominados legacy project, inflando las pérdidas del grupo. Suponen alrededor del 20% de la cartera de obra. ¿Su valor? 5.151 millones de euros. Por no hablar de la venta a pérdidas de participaciones, por ejemplo, como las del complejo turístico mexicano Mayakobá. Números, en definitiva, que no hacen sino indicar que la compañía no es capaz de generar beneficios, a la par que aumentan los costes y hay una pérdida de márgenes.

EL LUSTRO FATÍDICO

Allá por 2014, OHL era envidiada. La rentabilidad de sus inversiones no estaba en duda. Todo lo contrario. Brasil y México iban como un tiro. Lo que hacía, como salir de Brasil, parecía estar tocado por una varita mágica (pusieron pies en polvorosa justo antes de que el país comenzase su desaceleración). Dinero que se aprovechó para potenciar México.

Pero fue el país azteca el que desencadenó la caja de los truenos. La sombra de la corrupción salpicó a la constructora dañando su proyección internacional por la supuesta financiación ilegal de la filial. Después vino Lezo y otros supuestos pagos de comisiones que acabaron con su presidente, Juan Miguel Villar Mir, declarando en los juzgados.

¿Más madera? La CNMC abrió expediente sancionador por prácticas restrictivas a la competencia a OHL y a las principales constructoras españolas. Acuerdos e intercambios de información entre ellas en el ámbito de las licitaciones convocadas por las administraciones públicas para la construcción y rehabilitación de infraestructuras y edificios.

OHL Merca2.es
Evolución de la acción de OHL durante los últimos cinco años

Un lustro en el que la imagen y la reputación de la compañía se han ido desinflando. Ni la ampliación de capital de 1.000 millones de euros (el número acciones se triplicó) evitó que a mediados de noviembre de 2018 tocara fondo: 0,60 euros. Toda una bofetada cuando había comenzado el año en 5,15 euros (-88,3%). Mirando todavía más por el retrovisor, la acción estaba por encima de los 31 euros a comienzos de 2014. Por aquel entonces, la firma valía más de 2.936 millones en Bolsa. Hoy supera ligeramente los 230 millones.

La caída del negocio, los malos datos en flujos de caja, la elevada deuda, la loca carrera por las desinversiones y una nefasta política de dividendos han sido algunas de las causas de que la acción de OHL se haya despeñado. Si el Plan Estratégico funciona, se recuperará. Si no, la palabra disolución campeará por el ambiente.