De ‘La Clave’ a ‘Salvados’: 40 años de información en televisión

El 15 de septiembre de 1957 comenzaba sus emisiones el ‘Telediario’ desde un chalet ubicado en el Paseo de la Habana. Su primera emisión se realizó un año más tarde de la puesta de largo de TVE y ya en los sesenta había relevado en influencia al ‘NO-DO’, de obligada emisión antes del pase de películas en los cine. Ambos vomitaban la propaganda del Régimen de Franco, pero la llegada de la democracia no suavizó la manipulación de la información: Rafael Ansón fue al alimón director de TVE y jefe de campaña de Adolfo Suárez en las elecciones constituyentes del 77. La separación entre poder e información ni siquiera aumentó bajo el mandato socialista, que vivió un enfrentamiento entre «guerristas» y «renovadores» que acabarían ganando los partidarios de Felipe González.

Pero en los catorce años socialistas hubo casos de manipulación y censura para aburrir: en 1985 se canceló ‘La clave’ para que del debate de Balbín no abordase el referéndum de la OTAN. Algunos meses después se censuró la canción «Cuervo ingenuo» de Javier Krahe en un concierto televisado de Joaquín Sabina. Y el papel de los información en TVE con el tema del GAL o la corrupción socialista brilló por su ausencia. Ya con Aznar en el poder los protagonistas fueron Buruaga o Urdaci, que dieron numerosas muestras de ejemplo de lo que no hay que hacer. Zapatero sin embargo tomó algunas medidas buenistas y democráticas, aunque Rajoy limpiaría a los profesionales premiados por los ‘Telediarios’ y colocaría a su ejército de fieles. Así hasta nuestros días…

Esta última etapa desinformativa de TVE ha facilitado que crezca por iniciativa privada algunos proyectos que apuestan por el directo y la actualidad como La Sexta, que se ha convertido en claro referente a la hora de informarse en los grandes eventos. Antes de la cadena verde hubo otros ejemplos informativos privados: la Antena 3 de Asensio con Campo Vidal, Oneto o Hermida, los ‘Informativos Telecinco’ de Luis Fernández o una cadena con una ideología muy marcada como Intereconomía TV. Tal y como recordó el líder de Podemos Pablo Iglesias, «el 15-M lo vimos por Intereconomía». Así fue aunque algunos les extrañe la influencia que llegó a tener la cadena del toro pese a su 2% de share cuando emitía en abierto.

La cadena la había fundado en algunas plataformas de pago Julio Ariza, que fue uno de los damnificados de la caída del «vidalquadrismo» en el PP catalán tras el Pacto del Majestic entre Aznar y Pujol. Poco a poco Intereconomía TV se fue haciendo un hueco gracias a los debates políticos, género que daba síntomas de éxito como intercambio de ideas, ’59 segundos’ de TVE’, o con el modelo gallinero de ‘La noria’. La cadena de Ariza fue tejiendo una parrilla informativa en la que convivían dos informativos diarios con puesta de largo similar a las de FOX News, una tertulia en prime-time, ‘El gato al agua’, los deportes de medianoche con Pedrerol, un espacio satírico en el access prime-time como ‘Los clones’ o un debate sabatino, ‘Más se perdió en Cuba’.

Salvando las distancias, La Sexta, con respeto constitucional y hacia los derechos humanos básicos ha repicado este modelo neoinformativo, ya que se aleja del canal 24 horas clásico de CNN, que tal y como afirmó Iñaki Gabilondo «necesita demasiado carbón para llenar de directos todo el día». Unos directos que si no ofrecen un atractivo extra se convierten en nada. Recuerden que la última entrevista televisiva que concedió Mariano Rajoy en televisión antes de las legislativas de 2011 se la dio a ‘El gato al agua’, pero tras la llegada del gallego al poder Intereconomía TV cesó sus emisiones ante el aplauso de algunos sectores, molestos por el «364 días de orgullo de la gente normal», en referencia al sector LGTBI, al «orgullosos de ser de derechas», al «puerca y guarra» de García Serrano, a las misas desde el Valle de los Caídos, a los homenajes a la División Azul… Ahora sin embargo el referente de información televisiva es ‘Salvados’, que ha desentrañado como nadie los escándalos vividos en los últimos tiempos.