Fiat (FCA) estudia la venta de Maserati y Alfa Romeo

Fiat Chrysler Automobiles (FCA) ha encontrado un problema paralelo a su fusión con el fabricante francés PSA Group. Una vez encauzado el acuerdo, ahora duda qué hacer con sus dos marcas prémium: Maserati y Alfa Romeo.

El objetivo de Fiat Chrysler de lograr una estructura más ágil y centrada en las ganancias para atraer a un socio estratégico dependía, en gran medida, de su negocio de camiones en América del Norte. Este movimiento dejaba los esfuerzos para revivir y desarrollar sus dos marcas prémium en segundo plano.

Tras aprobar la fusión con Peugeot, Fiat Chrysler ahora debe volver a arreglar el bajo rendimiento en Maserati y Alfa Romeo. La solución para por una venta o la salida a Bolsa, lo que generaría más capital para el necesario gasto en tecnología. La carrera eléctrica no tiene marcha atrás y los gobiernos (sobre todo la UE) tiene listas las sanciones para las marcas que no evolucionen.

La deriva bursátil de Aston Martin inclina la balanza por la venta de Maserati y Alfa Romeo, según uno de los últimos Bloomberg Intelligence al que ha tenido acceso MERCA2. Ninguna de las dos marcas goza de una saneada salud financiera. Maserati ha acumulado pérdidas operativas por valor de 190 millones de dólares (casi 222 millones de euros al cambio actual). Las ventas de Alfa Romeo en Estados Unidos no han parado de caer desde 2017.

Fiat Chrysler no ha podido sincronizar el rendimiento de sus marcas de gama alta lo suficiente como para que sean atractivas para posibles pretendientes o estén listas para ser escindidas, han apuntado los analistas de Bloomberg. Cuando Maserati navegaba a toda marcha en su periodo de máxima eficiencia (2016-2017), Alfa Romeo carecía de desarrollo necesario para que el paquete resultara atractivo de cara a los compradores. Ahora ambas requieren actualizaciones de productos y tecnología justo cuando FCA está volcada en la integración con PSA.

Maserati registró unos ingresos operativos ajustados de 630 millones de dólares (cerca de 570 millones de euros) en 2017. Ese mismo año, Alfa Romeo lanzó el Stelvio, un SUV compacto prémium, con el objetivo de vender 150.000 unidades al año.

El año pasado, las ganancias de Maserati cayeron por debajo de 180 millones de dólares (algo más de 160 millones de euros), tres veces y media las presentadas en 2017. Este año ha registrado pérdidas en los dos últimos cuatrimestres con datos (segundo y tercero). Incluso ha remodelado su cúpula. Por su parte, Alfa Romeo vendió menos de 24.000 unidades en Estados Unidos en 2018 y en los primeros nueve meses de 2019 ha anotado otro retroceso del 27%.

Maserati planea diez lanzamientos de nuevos productos para fines de 2023, incluidos algunos modelos con opciones de transmisión eléctrica a batería y capacidad de conducción autónoma de Nivel 3. Sin embargo, como apunta Bloomberg, el daño colateral derivado del despliegue de nuevos modelos probablemente vendrá en forma de valores residuales deprimidos y un inventario reducido, lo que complica la vuelta a la rentabilidad después de dos trimestres consecutivos de pérdidas operativas.

FIAT NO QUIERE UN ASTON MARTIN

La otra opción en caso de no vender Maserati y Alfa Romeo pasa por una salida a Bolsa. El problema reside en la gráfica que ha dibujado la cotización de Aston Martin. La firma británica ha perdido el 68,82% de su valor bursátil desde su estreno en el parqué londinense en octubre de 2018. Incluso planea volver al mercado de bonos en busca de financiación.

Fiat Chrysler tiene muy cerca de casa el ejemplo contrario. Ferrari se estrenó en el parqué con una valoración de 10.000 millones de dólares (casi 9.020 millones de euros al cambio actual). Era octubre de 2015. Casi tres años y medio después, los 46 euros que valía la acción se han convertido en más de 150 euros. Pasión y refugio de inversores.

Maserati y Alfa Romeo, por sus volúmenes globales y márgenes de beneficio, estarían cerca de la valoración inicial de Aston Martin que de Ferrari en su salida a Bolsa. Los dirigentes de Fiat Chrysler no quieren que se repita lo ocurrido con la firma británica. Se aceptan ofertas.