La consejera delegada de Bankinter explicaba este jueves, durante la presentación de resultados de la entidad (de enero a septiembre han ganado un 50% menos) que son «un banco mediano, que no tiene ambición de ser grandes, pero si rentables».
Dolores Dancausa destacaba que Bankinter es capaz de crecer «de manera orgánica y solo». Por lo que descartaba entrar en el proceso de consolidación al que ya se han unido Bankia y CaixaBank, junto a Liberbank y Unicaja, a pesar de la «insistencia por parte de los reguladores».
El banco no se siente identificado con este llamamiento, según comentaba la CEO, porque no tienen problema de rentabilidad. «Llevamos 55 años demostrando que podemos generar ingresos recurrentes, que somos un banco independiente y vamos a seguir siéndolo».
NO TODO SON VENTAJAS
En opinión de Dancausa, las ventajas de las fusiones «no siempre se cumplen», a pesar de lo que adelantan quienes las recomiendan. Por ejemplo, la eficiencia «se puede ganar sin pasar por una fusión», matizaba.
Luego está la estabilidad en el ranking, algo que bajo su punto de vista «es algo ocasional». Paralelamente está la solidez, «se dice que son más sólidas cuando se fusionan, pero no siempre, mi opinión es que tiene que ser algo excepcional para que los beneficios que se obtienen compensen los costes económicos».
E insistía, «estamos cómodos no participando en las fusiones y queremos crecer en solitario» a pesar de que por activos totales, Santander, BBVA, y ahora el nuevo CaixaBank o Unicaja y Liberbank, estén por delante.
SALIDA DE AHORRADORES POR EL DIVIDENDO
Por otra parte, defendía lo que ya ha hecho en ocasiones anteriores, la importancia de retribuir a los accionistas. La prohibición del Banco Central Europeo (de manera temporal) a la banca para este año «es una medida que ha dañado al sector financiero y ha lastrado las cotizaciones de la banca», afirmaba.
Pero a su parecer, Bankinter es bastante previsible en resultados porque suelen ser recurrentes «y con ausencia de altibajos». «Nos habíamos ganado la confianza de inversores que buscaban rentabilidad a sus ahorros y han tenido que buscar otros sectores y empresas que se lo dé», apuntaba.
Por ello, «sería buena decisión» que el BCE cambiara esta medida. «La temporalidad debería acabar y todas las entidades lo acogerían de manera positiva«. Aunque especificaba que a todos los bancos no se les puede tratar por igual, pues hay quien tiene capacidad para distribuir dividendo y quién no. «Nosotros sí», defendía.
En esta línea, la consejera delegada también hablaba de la penalización de la acción. «Hemos vivido momentos peores en Bolsa», en 2011 la acción estaba en 2,5 euros «me parecía de risa». Actualmente, hay bajistas que apuestan por la acción y está a 3,5 euros pero confía en que debería ser al contrario y ahora es el momento de comprar pues llegará a 9 o 10 euros «con pleno convencimiento».
