La jubilación implica dejar la vida laboral activa y pasar a cobrar una pensión pública cuya cuantía deriva directamente de lo que se haya cotizado en los últimos años. Para la mayoría de las personas retirarse del trabajo supone un cambio radical de vida que esperan con ansia para poder disfrutar al fin de más tiempo libre. Pero en el caso de los autónomos la cosa es un poco más complicada.
Como acabamos de señalar, la cuantía de la pensión está ligada a la cotización, y la inmensa mayoría de los autónomos españoles cotizan por la cuota más baja, lo que implica que en el momento de jubilarse la pensión que van a recibir es también reducida. Sin embargo, esto se puede solucionar si se cotiza más durante los últimos años de trabajo.
La pensión media del autónomo
En los últimos 10 años la pensión media de los autónomos apenas ha experimentado un crecimiento de 157 euros. Y aunque parezca poco, lo cierto es que en este sentido los trabajadores por cuenta propia han sido afortunados, su prestación media ha crecido un 29,7% mientras que la de los asalariados solo lo ha hecho un 21,24%. Esto ha reducido la brecha entre pensiones, pero sigue habiendo una notable diferencia entre lo que cobra un jubilado que fue asalariado y la pensión de un jubilado que cotizó como autónomo.
En 2019 la pensión media de los autónomos jubilados estaba en 686 euros, una cuantía que está claro que es insuficiente incluso para cubrir las necesidades más básicas. Pero que la pensión media sea tan baja no es aleatorio, esto se debe a que muchos autónomos pasan toda su vida laboral cotizando por la cuota mínima en la Seguridad Social.
