Porqué comer grasas saturadas empeora radicalmente el cáncer

Un estudio dirigido por Salvador Aznar Benitah, investigador de ICREA en el Instituto de Investigación en Biomedicina (IRB Barcelona), y publicado en la revista Nature, identifica las células iniciadoras de metástasis, en el cáncer, a través de un marcador específico, a saber, la proteína CD36. Esta proteína, que se encuentra en las membranas de las células tumorales, y es responsable de la absorción de ácidos grasos. La actividad CD36 y la dependencia del metabolismo lipídico (grasa) distinguen las células que inician la metástasis de otras células tumorales.

Los investigadores descubrieron las células CD36 metastásicas en muestras de pacientes con cáncer oral con diferentes grados de agresividad, aportados como parte de una colaboración con el Hospital Vall d’Hebrón de Barcelona. En los tumores de la boca analizados, muy pocas células se encontraron con capacidad de inicio de metástasis.

Además, los investigadores han demostrado que el efecto ejercido por CD36 sobre las metástasis es el mismo para las células del melanoma y las células luminales del cáncer de mama. Del mismo modo, los análisis estadísticos de muestras de pacientes revelan que la metástasis del cáncer de ovario, vejiga y pulmón también son dependientes de CD36.

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«Aunque todavía no hemos probado esto en todos los tipos de tumores, podemos afirmar que el CD36 es un marcador general de células metastásicas, el primer marcador que conozco es generalmente específico de metástasis«, dice Salvador Aznar Benitah, jefe de investigación con células madre y del Laboratorio Investigación sobre el Cáncer en IRB Barcelona. «Ahora podemos obtener células metastásicas en el laboratorio, lo que nos permitirá rastrearlas y estudiar, por ejemplo, su distribución en el tumor, donde anclan al salir de ellas, o por qué son tan sensibles a la grasa, entre otras preguntas«, añade la principal autora del estudio Gloria Pascual.

El Dr. Aznar-Benitah señaló que «esperamos que este estudio tenga un gran impacto en la comunidad científica y en nuevos avances en la investigación de metástasis, y esperamos poder validar el potencial del CD36 como tratamiento anti-metástasis. Esto no ocurre todos los días«.

Grasa y metástasis

Dada la implicación del metabolismo lipídico en las metástasis y la función de CD36 en este proceso, la siguiente pregunta lógica para los investigadores fue: ¿la ingesta de grasas tiene un efecto directo sobre la metástasis? Los investigadores proporcionaron a los ratones una dieta rica en grasas (15% más grasa que la normal, equivalente a lo que se denomina una «dieta de bollería industrial«). A continuación, los inoculó con un tipo de cáncer oral, que en condiciones de dieta estándar conduciría a 30% de los animales a desarrollar metástasis. Sorprendentemente, bajo la dieta alta en grasas y por lo tanto con una mayor cantidad de lípidos en la sangre, alrededor del 80% de los ratones desarrollaron muchas más metástasis.

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También probaron el efecto de un ácido graso específico, ácido palmítico, sobre la metástasis. Este ácido graso derivado de plantas es el componente principal del aceite de palma, y en proporciones más bajas, de coco y otros aceites, y se utiliza en muchos tipos de alimentos procesados. Los investigadores trataron los tumores orales con ácido palmítico durante dos días y luego los inyectaron en ratones con una dieta estándar. Se observó un aumento del 50 al 100% en la frecuencia del tumor metastásico. Es decir, todos los ratones desarrollaron metástasis de una manera dependiente de CD36.

«En los ratones inoculados con células tumorales humanas, parece haber una relación directa entre la ingesta de grasas y el aumento del potencial metastásico a través de CD36. Se necesitan más estudios para desentrañar esta intrigante relación entre dieta y metástasis, sobre todo porque los países industrializados están registrando un alarmante aumento en el consumo de grasas saturadas y azúcar«, advierte Aznar Benitah. «La grasa es necesaria para la función del cuerpo, pero la ingesta incontrolada puede tener un efecto sobre la salud, como ya se ha demostrado en algunos tumores como el cáncer de colon, y en la metástasis, como demostramos aquí», explica el investigador.

¿Es el CD36 un objetivo terapéutico en la metástasis?

El estudio demuestra el efecto anti-metastásico del bloqueo de la proteína CD36, tanto en ratones inmunodeprimidos como en ratones con sistemas inmunes en perfecto estado. Las cifras fueron similares en todas las pruebas. La inhibición de CD36 cuando los animales fueron inoculados con las células tumorales eliminó completamente su potencial metastásico. Además, la administración de anticuerpos bloqueadores de CD36 en ratones con metástasis ya establecidas condujo a la eliminación total de las metástasis en el 20% de los animales, mientras que en los otros provocó una reducción dramática del 80-90% en el número de metástasis y su tamaño.

Los ratones toleraron el tratamiento en la ventana terapéutica requerida para lograr un efecto anti-metástasis y no se observaron efectos secundarios intolerables en las autopsias y análisis de sangre y tejido.

El IRB Barcelona ha solicitado protección IP de los resultados y los investigadores están trabajando con MRC Technology en el Reino Unido para desarrollar conjuntamente nuevas terapias basadas en anticuerpos contra CD36 que son adecuadas para el tratamiento de pacientes en una amplia gama de cánceres. Si el desarrollo de la nueva terapia ha sido exitosa, un nuevo producto podría estar disponible en 5-10 años.