Coemac se desprende de su único negocio de tuberías por 11 millones

Coemac ya no posee su negocio de tuberías. La compañía ha vendido su filial, Adequa WS, al grupo alemán Ostendorf. La operación se ha saldado por un importe total de 11 millones de euros, según informó el grupo de materiales de construcción.

Se trata del único negocio que le quedaba a la antigua Uralita, que sigue controlada por la familia Serratosa, que aprobará esta desinversión en junta general de accionistas el próximo 27 de junio.

Previamente, el grupo comprador ratificará el día 6 de junio la adquisición, que pagará en cuatro plazos de entre 2 y 5 millones de euros, hasta 2021.

Coemac ya vendió a finales de 2017 toda la participación del 59,3% que tenía en el fabricante de yesos Pladur al grupo industrial belga Etex.

Esta operación constituyó la segunda ocasión en que Coemac cedía un negocio o el control de un negocio en el marco de una refinanciación, tras traspasar precisamente la actividad de Uralita a comienzos de 2015.

ADEQUA, CON TRES FÁBRICAS EN ESPAÑA

Tras esta venta de Pladur, Coemac centró su actividad en la fabricación de tuberías y accesorios de PVC a través de su filial Adequa. Esta filial que ahora también vende cuenta con tres fábricas de tuberías situadas en Alovera (Guadalajara), Alcázar de San Juan (Ciudad Real) y Antequera (Málaga).

En su informe anual de 2018, Coemac ya avanzó que había recibido ofertas no vinculantes de inversores interesados en comprar este negocio con los que se encontraba en conversaciones «tendentes a una posible desinversión».

En este mismo informe, Deloitte, como firma auditora de la compañía señala como incertidumbre de la empresa el hecho de que cerrara el ejercicio 2018 con pérdidas de 15,6 millones y un patrimonio negativo de 2,73 millones, y a que aún está afectada por «procedimientos de reclamaciones relacionadas con antiguos procesos de producción abandonados hace décadas».

«Estos hechos, junto con la reducción de la dimensión del grupo en los últimos años, constituyen factores que podrían condicionar la capacidad del grupo para hacer gente a sus obligaciones y generan dudas sobre la capacidad para continuar como empresa en funcionamiento», indica el auditor.