Brexit: la Unión Europea está decepcionada del Reino Unido

Ian Wishart, Viktoria Dendrinou y Tim Ross para Bloomberg

El principal negociador del Brexit por la Unión Europea, Michael Barnier, hizo mención este jueves a la profunda división entre ambas partes y acusó al Reino Unido de romper sus promesas de pago. “Me sentí decepcionado por la posición que Gran Bretaña expresó la semana pasada. Parece que se está retractando de su promesa original de honrar sus compromisos internacionales, incluyendo aquellos post-Brexit”, indicó Barnier a los reporteros en Bruselas. “Hay un dilema moral, no puedes hacer que 27 paguen lo que estaba calculado para 28”.

Hay una gran interrogante con respecto a lo que el Reino Unido debe pagar cuando abandone el grupo en marzo de 2019. Algunos británicos creen que su única obligación legal es pagar la cuota de membresía anual hasta la fecha de su salida. Otros consideran que el monto debe depender del acceso que tengan al mercado comunitario.

“Me sentí decepcionado por la posición que Gran Bretaña expresó la semana pasada”

La posición de la Unión Europea es que Gran Bretaña está obligada a cumplir con sus obligaciones incluso después de su partida. El problema necesita solucionarse antes de la cumbre del grupo, prevista a realizarse en exactamente seis semanas, cuando los líderes decidan si las discusiones han “progresado lo suficiente” como para avanzar a temas de intercambio comercial.

Antonio Tajani, presidente del Parlamento Europeo, dijo en una declaración este jueves que para octubre ambos bandos estarán atascados. “Dado el estado actual de las negociaciones y la posición del Reino Unido, es muy difícil que para octubre se alcance el progreso necesario”.

La prueba sobre el avance de las conversaciones se aplicará cuanto se traten otros temas igual de espinosos, como el mantener una frontera abierta con Irlanda. Al respecto, David Davis, secretario británico para el Brexit, le ha pedido al bloque en varias ocasiones que tenga más imaginación y flexibilidad.

La petición de Davis no impresionó a Barnier. Su respuesta fue: “para ser flexibles debemos cumplir con dos puntos: el nuestro y el de ellos. Cuando sepamos su posición seremos flexibles”. El jueves, el negociador de la UE esquivó las preguntas sobre un acuerdo que facilite la transición para las empresas y los inversores.

«Es muy difícil que para octubre se alcance el progreso necesario”

Más temprano este jueves, Davis describió cómo sería ese período, si la Unión Europea lo aprueba. Explicó a los legisladores en Londres que él espera un acuerdo que mantenga, en la mayor medida posible, las circunstancias actuales. Sin embargo, descartó una membresía similar a la que tiene Noruega en el Área Económica Europea, al igual que unirse a la Asociación Europea de Libre Comercio, donde también está Suiza.

El bloque advirtió que la única opción sería ofrecer una extensión temporal de las reglas actuales. “Estamos esperamos peticiones y propuestas específicas del Reino Unido que vamos a analizar”, dijo Barnier. “Gran Bretaña necesita decir qué quiere y nosotros veremos qué podemos hacer”.

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Movimientos fronterizos

Todavía no hay un panorama claro sobre cómo será la relación entre el Reino Unido y la UE después del Brexit. Incluso Barnier rechazó recientemente la posibilidad de combinar “los beneficios del modelo noruego con las restricciones del canadiense”. En otras palabras: si Gran Bretaña quiere estar tan cerca del bloque como Noruega, tendrá que pagar y aceptar la libre movilidad de personas.

Barnier reservó algunas de sus palabras más duras para referirse a la posición del Reino Unido con respecto a la frontera con Irlanda. Insistió en que son los británicos quienes deben buscar soluciones para proteger la frágil paz que existe en Irlanda del Norte. “Gran Bretaña quiere usar a Irlanda para probar cómo funcionaría una futura relación con el resto del bloque y esto no lo vamos a permitir”, dijo a los reporteros.

Si Gran Bretaña quiere estar tan cerca del bloque como Noruega, tendrá que pagar

Ambos bandos están de acuerdo en no volver a una frontera cerrada entre el Norte de Irlanda e Irlanda, así como en no quebrantar el proceso de paz que en 1990 puso fin a décadas de violencia. A muchos oficiales europeos les preocupa que, después del Brexit, el Reino Unido considere que la frontera irlandesa es únicamente responsabilidad del bloque.

Algunos gobiernos europeos se están preparando para que la primera ministra Theresa May pase por encima de Barnier y apele directamente a otros líderes en la próxima cumbre, de esta manera intentaría forzar el inicio de las conversaciones comerciales. Barnier duda que esto ocurra. “Tratar de desenterrar una diferencia (entre los diplomáticos del bloque y él) es una pérdida de tiempo”, aseveró.

Rechazo al proyecto de ley

Mientras tanto, en Londres los legisladores han estado debatiendo un acta diseñada para crear un nuevo sistema legal que entraría en vigencia después del Brexit. La llamada “Ley de la Salida” copiará y pegará miles de piezas de las leyes europeas en el libro de estatus británico, para evitar entrar en lagunas legales.

Al inicio de debate, May se encontraba en la Casa de los Comunes, pero algunos miembros de su propio partido criticaron el proyecto de ley. La facción Laborista expresó sus temores de que la legislación le dé al Gobierno demasiado poder ejecutivo tras el Brexit. Al respecto, Davis se mostró abierto a escuchar todas las críticas, pero Ken Clarke, excanciller de Hacienda, aseguró que se rebelará contra el Gobierno y votará en contra.