Banco Santander se vuelca en la batalla contra el coronavirus

Son tiempos de solidaridad. Y las grandes empresas están dando ejemplo. «Para muchos de nosotros, la pandemia del coronavirus es el desafío más importante al que nos hemos enfrentado en nuestra vida. La magnitud de la tarea que tenemos por delante exige un enorme esfuerzo colectivo. Nos esperan meses complicados, pero confío en nuestra capacidad como sociedad para superarlo y el banco estará a la altura». Estas palabras de Ana Botín, presidenta de Banco Santander, retratan bien cuál es ahora la hoja de ruta del grupo financiero.

La batalla contra el coronavirus tiene frentes abiertos en todos los países. Por eso, Santander, uno de bancos con mayor presencia internacional del mundo, ha lanzado una batería de iniciativas en todos los mercados en los que opera que tienen como principal objetivo proteger a empleados y clientes. En España, que sufre con especial virulencia el azote de la pandemia, la entidad ha puesto en marcha medidas de contingencia para dar liquidez a las empresas, garantizar el empleo y colaborar con el sector sanitario a través de importantes donaciones para adquisición de equipos para combatir la emergencia. Pero también en el resto de los países el grupo ha tomado la iniciativa. Si bien el foco está puesto en pequeñas y medianas empresas (pymes) y autónomos, el segmento que está sufriendo con más crudeza el impacto de la crisis y que es la columna vertebral de muchas de estas economías, las medidas se adaptan a la situación de cada país.

Así, entre las principales medidas en Reino Unido, el banco ha puesto en marcha una moratoria hipotecaria de hasta tres meses y garantiza la disponibilidad del servicio en oficinas con horarios de apertura reducidos y canales digitales. En Portugal, se han suspendido varias comisiones a empresas y particulares. En Polonia, hay moratoria de pago de las hipotecas de 3 a 6 meses. De igual forma, Santander Consumer en Alemania ofrece a los concesionarios una suspensión de pagos de 90 días en la financiación de stock. Además, los vehículos podrán mantenerse tres meses más.

En Estados Unidos, Santander Consumer USA amplía el periodo de pagos aplazados, renuncia a cargos por mora y facilita prórrogas de renting a quienes no puedan devolver sus vehículos, entre otras cosas. Además, ha dispuesto 25 millones de dólares en préstamos a las Instituciones Financieras de Desarrollo Comunitario (CDFIs por sus siglas en inglés) para préstamos a pequeñas empresas. Por su parte, Santander Bank ofrece la suspensión temporal de pagos, el reembolso de algunas comisiones y la suspensión de ejecuciones hipotecarias, entre otras medidas. En México, las sucursales se mantienen con una dotación mínima de personal (un máximo de 10 personas) con el fin de garantizar el servicio. Además, están funcionando permanentemente los canales digitales.

En Brasil, el Banco Santander adoptó una serie de medidas para minimizar los impactos y para contener el avance del nuevo coronavirus en el país. Entre las acciones está el aumento del 10% en los límites de las tarjetas de crédito. Adicionalmente, se estableció una extensión de 60 días en los vencimientos de préstamos que permitir una moratoria en los préstamos personales y de empresa. En Argentina, la entidad puso a disposición de micro, pequeñas y medianas empresas líneas de créditos por 1.000 millones de pesos (alrededor de 14.000 euros), a un plazo de 24 meses, destinadas a la compra de equipamiento tecnológico que permitan el teletrabajo o trabajo remoto, evitando las aglomeraciones de personas ante el avance del coronavirus. Finalmente, en Chile, Banco Santander ha dispuesto 6.000 millones de dólares en préstamos pre concedidos para consumo, hipotecas, pymes y empresas, un plan que abarcará a más de 500.000 clientes.

Más de 51.000 empleados del Santander están conectados en remoto en todo el mundo para asegurar el servicio al cliente, al tiempo que se ha reorganizado el funcionamiento de las oficinas para poder atender al público sin poner en riesgo a los trabajadores. La rápida activación de este protocolo ha sido posible gracias al sistema que la entidad tiene implantado desde hace cinco años: el llamado «flexiworking», enfocado a facilitar la conciliación de la vida profesional y personal de los profesionales del banco y adoptado en todas sus geografías. Según los datos que maneja el grupo, en un solo día se superan las 180.000 conexiones remotas entre videollamadas y llamadas telefónicas por internet, y casi dos millones de chats.

“El banco se mantiene en contacto permanente con las autoridades sanitarias y está monitorizando el desarrollo de la epidemia del coronavirus (COVID-19) y siguiendo las recomendaciones tanto de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como de las autoridades sanitarias de cada país en los que está presente”, aseguran desde la entidad.