En los últimos meses, cada vez más ahorradores comenzaron a interesarse por alternativas de inversión que protejan el capital sin asumir sobresaltos innecesarios. La idea es simple: obtener rentabilidad con calma, estabilidad y sentido común. En este escenario aparece Javi Linares, asesor financiero, que propone mirar con atención la renta fija, el oro y los fondos monetarios.
Su mirada parte de una premisa clara: no hay una única forma de hacer crecer el dinero. Una inversión inteligente no siempre implica lanzarse a la renta variable o depender del estado de las bolsas internacionales. A veces, el camino más adecuado es planificar, diversificar y asumir menos volatilidad.
Renta fija: entre la calma y las oportunidades escondidas de una inversión

Para Linares, el corazón de una estrategia conservadora está en la renta fija. Explica que durante años estos activos fueron castigados por tipos cercanos a cero, pero que ahora el panorama cambió. La inversión en bonos del Tesoro estadounidense, sobre todo en plazos cortos o medios, puede ofrecer entre un 3% y un 4% anual, con muy poco riesgo y una gestión sencilla. La clave, sostiene, está en entender cómo afectan las subidas y bajadas de tipos: cuando los tipos bajan, los bonos ya emitidos tienden a revalorizarse y generan una ganancia doble, por cupón y por apreciación.
Linares recuerda que no se trata de una inversión exclusiva para grandes patrimonios. Hoy existen ETFs accesibles, con comisiones mínimas, que permiten entrar con pocos euros y programar aportes periódicos. Para quien busca una inversión estable a tres o cuatro años, esta opción puede equilibrar la cartera, reducir el riesgo y ofrecer previsibilidad.
Oro y fondos monetarios: refugio, paciencia y liquidez
El oro también ocupa un lugar central en su propuesta. Desde el año 2000, esta inversión superó el 11% de rentabilidad anual compuesta y se consolidó como refugio frente a crisis, inflación y tensiones geopolíticas. Según Linares, no es una inversión para impacientes: puede pasar tiempo sin marcar máximos, pero sirve como seguro cuando el mundo se vuelve imprevisible. Muchos expertos recomiendan tener entre un 10% y un 15% en oro dentro de una cartera diversificada.
Para quienes buscan la máxima liquidez, los fondos monetarios europeos aparecen como la inversión más prudente. Su funcionamiento es simple: compran activos de vencimiento muy corto y ofrecen entre un 2% y un 2,3% anual. No hacen milagros, pero permiten dormir tranquilo. Son una inversión pensada para quienes desean mover su capital sin sobresaltos, tanto hoy como en los próximos meses.
Al finalizar, Linares insiste en que no existe una fórmula universal. Cada inversión debe adaptarse a la edad, objetivos y tolerancia al riesgo del ahorrador. Lo importante —dice— no es adivinar el futuro, sino construir decisiones sensatas que acompañen al inversor en cada etapa de su vida.









