Rocío Carrasco vuelve a estar en el centro de la polémica mediática, aunque esta vez no por iniciativa propia. La hija de Rocío Jurado atraviesa momentos de gran tensión y desgaste emocional debido a los últimos ataques públicos que ha recibido por parte de Olga Moreno, quien no ha dudado en utilizar los medios de comunicación para cuestionar y criticar a Carrasco de manera directa y constante. La situación se ha vuelto especialmente complicada y, según fuentes cercanas a Rocío, ella está al límite, cansada y emocionalmente agotada, ya que siente que estas declaraciones no solo buscan desacreditarla, sino que también afectan a su entorno familiar y a su estabilidad personal. Los comentarios de Olga, cargados de dureza y reproche, parecen diseñados para mantener un conflicto abierto, a pesar de que Rocío Carrasco ha tratado siempre de mantenerse al margen y de responder solo desde la vía judicial.
1El mal momento de Rocío Carrasco
No es la primera vez que Rocío prefiere el silencio mediático frente a la polémica. Desde que lanzó su docuserie, en la que narró episodios clave y dolorosos de su vida, se ha convertido en un objetivo constante de opiniones y críticas. Sin embargo, siempre ha insistido en que su voz debía escucharse para protegerse a sí misma y a su familia, no como un espectáculo televisivo. Ahora, ante las palabras de Olga Moreno, quien afirma que la docuserie es “una farsa” y que Rocío estaría imputada por abandono familiar, Carrasco siente que todo su esfuerzo por narrar su historia se pone en entredicho, lo que genera un malestar profundo que va más allá de lo profesional. La frase de Olga: “Tiene a su hijo abandonado”, según su entorno, ha sido especialmente dolorosa para Rocío, ya que toca un ámbito muy sensible de su vida personal.
Olga Moreno no se ha limitado a criticar la docuserie. Durante su intervención en el programa de Joaquín Prat, la colaboradora televisiva afirmó que Rocío debería pagar a su hijo lo que no le ha abonado y que, además, debería compensarla a ella por sentencias ganadas que, según asegura, Carrasco no ha cumplido. Estas declaraciones han encendido las alarmas en el entorno de Rocío, quienes consideran que Olga utiliza cualquier medio a su alcance para proyectar una imagen de superioridad y de control sobre la narrativa familiar. Desde la perspectiva de Carrasco, cada palabra, cada insinuación y cada crítica pública no es solo un ataque personal, sino también un cuestionamiento a la verdad que ella ha decidido compartir sobre su vida y sobre la relación con su familia.
El desgaste emocional que esto provoca en Rocío es evidente, según confirman personas muy cercanas a ella. A pesar de su historial de fuerza y resiliencia, las últimas semanas han sido especialmente complicadas, ya que percibe que su silencio se interpreta como pasividad, mientras que cualquier acción suya sería inmediatamente examinada y criticada. El entorno más cercano de Carrasco explica que ella busca equilibrio y tranquilidad, pero que la exposición constante de Olga y la reiteración de ciertos mensajes públicos generan un efecto contrario, sumiéndola en una especie de agotamiento emocional que resulta difícil de sobrellevar. Cada aparición televisiva de Olga, cada comentario en prensa o en redes sociales, vuelve a traer recuerdos dolorosos del pasado y pone a Rocío en una situación de vulnerabilidad que ella no desea, pero que no puede controlar.







