En numerosas ocasiones TVE ha funcionado como autopista propagandística del Gobierno (lo cual es similar a lo que hace el PP con las televisiones autonómicas como Telemadrid), pero nunca hasta ahora en la historia de Radio Televisión Española un holding de productoras había facturado por tres espacios diarios.
Y es que, desde ayer, Mediapro cuenta con ‘Directo al grano’ y ‘Malas lenguas’ (que coproduce a través de su filial Big Bang Media junto a La Osa Producciones) y ‘La Revuelta’ (que factura a través de El Terrat, que coproduce el espacio con Encofrados Encofrasa).
A estos tres programas diarios se sumarán proyectos que esta temporada se verán en el prime time de La 1: la segunda temporada del show de Andreu Buenafuente ‘Futuro imperfecto’ (El Terrat), la serie ‘Barrio Esperanza (Globomedia) y el nuevo espacio cómico-musical ‘Cuánto, cuánto, cuánto’ (también El Terrat’, con Eva Soriano y Aníbal Gómez como presentadores).
Mediapro también tiene otros espacios en La 2 (‘Órbita Laika’), ha vendido a Teledeporte los resúmenes ligueros del renovado ‘Estudio Estadio’ que conduce Felipe del Campo (que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en esta productora) y ha llegado a un acuerdo con RTVE para compartir la emisión del Mundial de fútbol masculino que se celebrará en 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
MEDIAPRO YA SE VIO FAVORECIDA DURANTE EL ZAPATERISMO
La lluvia de contratos que José Pablo López está regando a Mediapro ante el llamativo silencio de su Consejo de Administración llega en un momento muy delicado para esta familia de productoras, que hace dos años despidió a su fundador Jaume Roures y, previsiblemente a consecuencia de ello, ha perdido el contrato con LaLiga que le hubiese permitido facturar alrededor de 400 millones de euros en los próximos cinco años.
López (que se estrenó en el campo televisivo con La Sexta, fundada por Mediapro, y dirigió Trece y Telemadrid, en los que el holding catalán fue uno de sus principales proveedores) sigue la estela de otros presidentes de RTVE, como Carmen Caffarell o Luis Fernández, que mimaron a la familia de productoras de Roures al mismo tiempo que este ponía en pie La Sexta en complicidad con La Moncloa.
En aquellos tiempos, Mediapro se encargaba de la producción de ‘España Directo’ y colaboraba en ‘La Mañana de La 1’ que presentaba Mariló Montero.
VERANO DE TENSIONES
Fuentes cercanas a RTVE explican a MERCA2.es que José Pablo López se ha volcado en la entrega de contratos a Mediapro, pese a que este verano hubo fricciones entre la alta dirección de la Corporación pública y la factoría catalana.
El motivo de la disputa fue el enfado de López y su equipo por la baja calidad del concurso ‘La Pirámide’, que fue retirado tras solo 15 emisiones. En RTVE valoraron el papel de la presentadora Itziar Miranda, pero consideraron que al espacio le faltaban «gasto en guionistas y decorado». El coste de la producción, según algunas voces, no estaba en consonancia con el precio que desembolsaba la cadena pública.

Más llamativo fue otro fracaso veraniego de Mediapro: el espacio humorístico ‘La Garita’. Este formato low cost, conducido por JJ Vaquero y Álex Cavero para relevar a ‘La Revuelta’, fue retirado tras solo dos entregas, sin que las audiencias cosechadas parecieran suficiente motivo para tomar tan drástica decisión.
Esos avisos a navegantes veraniegos no han conducido a la caída de la familia de productoras que dirige Tatxo Benet, es propiedad del fondo chino Southwind Media en RTVE, sufrirá para mantenerse con facturaciones anuales por encima de los 1.000 millones de euros (cuando en 2018 rozó los 2.000) y cuenta con una deuda de alrededor de 500 millones.
POLÍTICA Y TELEVISIÓN
La asimetría ideológica favorable a la derecha del ecosistema mediático español, la derechización de las televisiones privadas y el fracaso del proyecto para lanzar un canal televisivo en abierto con el Grupo Prisa han llevado al PSOE a colonizar en los últimos meses La 1 con la única excusa del «¡Y tú más!».
Que el PP pueda hablar poco de la gestión de las televisiones públicas, que han sido históricamente manipuladas y saqueadas desde las ‘filas populares’, no hace buena la deriva de La 1. Además, la presencia ocasional de un personaje atrabiliario como Mariló Montero (que puede dar pocas lecciones sobre televisiones públicas porque en Canal Sur condujo unos informativos afines al PP) no es ejemplo de pluralidad, por mucho que lo digan David Broncano o Silvia Intxaurrondo.
Es cierto que la gran tendencia en audiencias que goza La 1, que si termina 2025 en alto podría alcanzar su mejor dato de audiencia desde 2012, hará aún más invisibles las maniobras de José Miguel Contreras y servirá como trofeo tuitero para José Pablo López, quien ha devuelto la competitividad a RTVE, ha elevado la autoestima de la pública, ha puesto en marcha grandes proyectos en RTVE (‘La Revuelta’, ‘Cifras y Letras’ o ‘Benidorm Fest’) y hoy acertará al impulsar la salida de la radiotelevisión española de Eurovisión si no expulsan a Israel, que está perpetrando un genocidio en Gaza que ha provocado más de 64.000 asesinatos.
Pero todos estos aciertos no tapan el llamativo volumen de contratos que maneja Mediapro y la deriva gubernamental de La 1, que hasta marzo de este año dedicaba en su parrilla alrededor de tres horas diarias de política y desde ayer rebasa las siete.