Los pimientos rellenos de carne tienen algo de mágico. No importa si es verano o pleno invierno, el aroma que se cuela desde la cocina es capaz de detener conversaciones y atraer miradas curiosas. Porque pocas cosas son tan reconfortantes como un plato que huele a hogar y tradición. Ya sea en su versión más clásica o con toques creativos, es uno de esos bocados que no entiende de modas y que siempre sabe bien. Y lo mejor es que no hace falta ser un chef para lograr un resultado digno de aplauso.
Hay quienes defienden que la receta de pimientos rellenos con carne es casi un ritual familiar. Cada hogar guarda su propio secreto para que el relleno quede jugoso y la salsa, perfecta para mojar pan sin remordimientos. Algunos los prefieren con un relleno de ternera picada y cebolla, otros con mezcla de carnes o incluso con un toque de chorizo para potenciar el sabor. Lo cierto es que, se preparen como se preparen, son un festín que une generaciones en torno a la mesa.
2ESCOGER EL PIMIENTO IDEAL

No todos los pimientos valen para un plato así. Si buscas unos pimientos rellenos de carne que de verdad luzcan en la mesa, elige piezas firmes, de piel tersa y color vibrante. Un pimiento blando o con manchas arruina la presentación y la textura. Los de tamaño mediano son perfectos: grandes para que entre suficiente relleno, pero sin resultar difíciles de comer. El rojo es el clásico por su dulzor, pero el verde aporta frescura y el amarillo un toque más afrutado.
Hay quien incluso combina colores para un efecto visual más atractivo. El contraste de tonos en el plato despierta el apetito antes del primer bocado. Además, un buen pimiento debe tener una base estable para mantenerse en pie en la bandeja del horno. No es solo una cuestión estética: así el jugo del relleno se queda dentro y no se pierde en la cocción. La elección correcta desde el mercado ya marca la diferencia en el resultado final.