viernes, 15 agosto 2025

Pulpo a la gallega en casa: 5 trucos infalibles para que siempre te quede jugoso

Dicen que el pulpo a la gallega es como un buen concierto de rock: sencillo en apariencia, pero capaz de poner la piel de gallina si todo está en su sitio. En Galicia lo saben desde hace siglos, y aunque hoy se pueda comer en cualquier rincón de España, probarlo junto a un puerto pesquero es una experiencia distinta. La magia de este plato está en la sencillez de sus ingredientes y la precisión en el punto de cocción. Un error mínimo y el encanto se rompe, por eso hay quien lo considera un pequeño arte culinario.

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Pero no hace falta ser un chef gallego para preparar un buen pulpo a feira. Lo que sí se necesita es respeto por el producto, paciencia y la mano firme para cortar y aliñar sin miedo. El ritual de hervir, cortar y aderezar forma parte de una cultura que trasciende la cocina. Este plato no solo es comida: es fiesta, es feria, es reunión familiar en la que el pulpo se sirve sobre tabla de madera y se comparte entre risas y vasos de vino tinto.

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DE LAS FERIAS A LAS COCINAS MODERNAS

Fuente: Freepik

Hoy, el pulpo a la gallega ha traspasado fronteras y se prepara en cocinas de todo el mundo, incluso con técnicas de vanguardia. Hay chefs que lo confitan, lo marinan o lo cocinan al vacío para experimentar con texturas. Sin embargo, los gallegos más puristas siguen apostando por la receta tradicional.

Y es que, por mucho que cambie la técnica, el alma del plato está en su sencillez. El respeto por el producto y la fidelidad a sus raíces son lo que mantienen vivo su espíritu. Al final, cada bocado sigue llevando consigo un pedazo de la costa gallega, del Atlántico y de sus ferias ruidosas y llenas de vida.

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